ensayo
Sin embargo, laadmiración de las eras actuales y de las que nos sucedan recaerá sobre nosotros, dado que no hemos dejado nuestro poder sin testigos, y lo hemos mostrado mediante numerosas pruebas; y más allá denecesitar a Homero para nuestro panegírico, o de alguno cuyos versos pudieran lucir durante un momento para dar la impresión de que se derretirían al contacto con los hechos, hemos obligado a todos losmares y tierras a ser la carretera de nuestro atrevimiento, y en todas partes, ya sea para bien o para mal, hemos dejado monumentos imperecederos a nuestras espaldas.
Pues amamos la belleza coneconomía y amamos la sabiduría sin blandicie, y usamos la riqueza más como ocasión de obrar que como jactancia de palabra. Y el reconocer que se es pobre no es vergüenza para nadie, sino que el no huirlo dehecho, eso sí que es más vergonzoso. Y somos los únicos que sin angustiarnos procuramos a alguien beneficios no tanto por el cálculo del momento oportuno como por la confianza en nuestra libertadResumiendo, afirmo que la ciudad toda es escuela de Grecia, y me parece que cada ciudadano de entre nosotros podría procurarse en los más variados aspectos una vida completísima con la mayor flexibilidady encanto. Y que estas cosas no son jactancia retórica del momento actual sino la verdad de los hechos, lo demuestra el poderío de la ciudad, el cual hemos conseguido a partir de este carácter....
Regístrate para leer el documento completo.