Ensayo

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 Sindicalismo y movimientos sociales


Existe en estos momentos una cierta tensión en las relaciones entre el movimiento sindical y los movimientos sociales. El eje de la discusión suele ponerse en el papel que cada uno de ellos desempeña en estos momentos en la lucha contra el sistema dominante y en el esfuerzo por avanzar hacia una organización social alternativa.

Planteadas asílas cosas, lo único que podemos empezar diciendo es que están mal planteadas. Se trata posiblemente de consecuencias tardías de enfoques que fueron dominantes en los albores de las luchas sociales del mundo contemporáneo, allá por el siglo XIX. Ya entonces algunos tenían interés en mostrar qué sector era el que ejercía el liderazgo en el progreso de la humanidad hacia un mundo socialmentereconciliado. Como es obvio, las propuestas variaban; había quienes decían que era el proletariado en general, con sus partidos y sus sindicatos, el que lideraría la transformación social. Otros se centraban exclusivamente en el papel del sindicalismo como agente revolucionario. Había quien defendía la existencia de una vanguardia consciente, estuviera esta en un partido o en un sindicato. Y los había queponían el ímpetu transformador en otros colectivos, como, por ejemplo, los científicos. 

En el siglo XX se desvaneció la esperanza de una transformación inminente del orden social y esto quedó en algo un poco más prosaico, el estado del bienestar, que materializaba algunas de las aspiraciones tradicionales de los movimientos revolucionarios anteriores. De todos modos, la cuestión del liderazgoperdía importancia ante el convencimiento de que un cambio drástico de las relaciones sociales no era desde luego inmediato, si es que iba a llegar en algún momento. Posiblemente fue Mayo del 68 el último momento en el que se plasmó en una lucha social concreta esa urgencia mesiánica. 

Por otra parte, a lo largo de ese mismo siglo fueron creciendo otras luchas que abordaban aspectos específicosde la vida social anteriormente marginados en los programas de sindicatos y partidos. También es cierto que hacían frente a problemas que no se habían mostrado con claridad con anterioridad y que sólo empezaron a radicalizarse en la segunda mitad del siglo XX. De todos ellos, dos tenían ya una cierta tradición: el movimiento feminista y la lucha de los pueblos colonizados. Otros dos eran mucho másrecientes: el movimiento pacifista y el ecologista, sin que carecieran de antecedentes importantes. Por último, la acelerada transformación de las fuerzas productivas a finales del siglo XX modificó el campo del enfrentamiento para alcanzar un mundo más justo, a lo que hay que añadir el contraataque seriamente organizado del bloque dominante que quería recuperar el poder perdido después de tantalucha y movimiento social. 

Puestas así las cosas, vuelvo a lo que decía al principio. No parece que tenga demasiado sentido, después de la experiencia adquirida en los últimos doscientos años, hablar de una vanguardia consciente. Todas las luchas tienen su importancia y su carácter específico, lo que nos lleva a pensar que más bien se pueden complementar o solapar, procurando en todo casoprestar atención a la exigencia de coherencia que debe existir en todas ellas. El peso que concedamos a cada una dependerá en gran parte del enfoque que hagamos y de la urgencia que en un momento específico puedan tener los conflictos existentes. Dicho esto, es necesario realizar muchas distinciones eludiendo en todo momento una tramposa exigencia de prioridades. 

Si nos atenemos al objeto centralde su beligerancia, posiblemente corresponda al movimiento ecologista y al sindicalismo la capacidad de plantear reivindicaciones que poseen un carácter más global que afecta al conjunto de las relaciones sociales y reclama un cambio revolucionario en la sociedad. Pero lo que acabo de decir sólo es válido si en ambos casos se plantea una lucha global. Existe de hecho un sindicalismo fuertemente...