Ensayo
El presidente de la Sociedad Real Británica y Premio Nobel de Química en 1980, contaba la siguiente anécdota:Hace algún tiempo, recibí la llamada de un colega. Estaba a punto de poner un cero a un estudiante por la respuesta que había dado en un problema de Física, pese a que éste afirmaba con rotundidadque su respuesta era absolutamente acertada. Profesores y estudiantes acordaron pedir arbitraje de alguien imparcial y fui elegido yo.
Leí la pregunta del examen y decía: “Demuestrecómo es posible determinar la altura de un edificio con la ayuda de un barómetro”. El estudiante había respondido: “Lleva el barómetro a la azotea del edificio y átale una cuerda muy larga.Descuélgalo hasta la base del edificio, marca y mide. La longitud de la cuerda es igual a la longitud del edificio”.
Realmente, el estudiante había planteado un serio problema con laresolución del ejercicio, porque había respondido a la pregunta correcta y completamente. Por otro lado, si se le concedía la máxima puntuación, podía alterar el promedio de sus estudios, obtener una nota másalta y así certificar su alto nivel en Física; pero a respuesta no confirmaba que el estudiante tuviera ese nivel.
Sugerí que se le diera al alumno otra oportunidad. Le concedí seisminutos para que me respondiera la misma pregunta pero esta vez con la advertencia que la respuesta debía demostrar sus conocimientos de física. Habían pasado cinco minutos y el estudiante no habíaescrito nada, le pregunté si deseaba marcharse, pero me contesto que tenía muchas respuestas al problema. Su dificultad estaba en elegir la mejor de todas. Me excusé por interrumpirle y rogué quecontinuara. En el minuto que quedaba escribió la siguiente respuesta: “Coge el barómetro y lánzalo al suelo desde la azotea del edificio, calcula el tiempo de caída con un cronómetro. Después, se...
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