Ensayo
El caso de Melina González, de 19 años, es el síntoma de una concepción de la salud que no cuida a las personas. El 19 de febreropasado, Página/12 –en nota de Mariana Carbajal– informó que, en el Hospital Garrahan, los médicos se niegan a su pedido de recibir una sedación paliativa o terminal que le permita entrar en comafarmacológico hasta el momento de la muerte, próxima e inevitable por la enfermedad que la afecta y que le produce severos dolores. El paradigma que somete a esta joven a semejante tortura es la ética del Bien,que ubica la vida como el valor supremo sin tener en cuenta el deseo o la voluntad de cada sujeto. De esta forma, sólo resta la degradación de la experiencia vital, la existencia reducida a unorganismo que funciona sin el amparo ni el respeto que merecen las palabras que, no obstante, lo animan.
Se trata de un claro ejemplo de cómo el hombre es el reflejo de Otro hombre; es decir, cómo debemossolidarizarnos con el Otro frente a su dolor, porque ese dolor puede ser nuestro en algún momento.
En Muerte voluntaria (Buenos Aires, Astrea, 2007), la investigadora Gisela Farías se pregunta: “¿Quétipo de participación debería tener la esfera pública respecto de la intención voluntaria y razonada de morir de un miembro de la comunidad? Sin duda que no puede limitarse únicamente alreconocimiento del sufrimiento que lo impulsa en forma abstracta. Se requiere, entonces, de una participación activa para legislar derechos a no padecer sufrimientos, puesto que tal como lo plantea Hannah Arendten “La condición humana, los derechos humanos abstractos, los que existen con independencia de la comunidad, no son derechos en realidad”.
También Melina convoca al Otro para transmitir suexperiencia. Tras reclamar sin éxito a los médicos que la seden hasta morir, la joven aspira a que su experiencia sirva para que los legisladores –el Otro social– se ocupen del vacío legal que la obliga a...
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