Ensayo
¿Cómo lo conoció usted a Jean-Daniel Pollet?
Conocí a Jean-Daniel Pollet a comienzos de los años 1960, yo tenía veinticinco años y ya había publicado libros. Teníamos amigos en común, especialmente la joven mujer deslumbrante con la que él vivía en aquella época. Un día, Pollet viene a verme, tenía un problema, al parecer, con una película que estaba haciendo.Buscaba a alguien que le diera la clave de lo que había hecho. Poseía toda una serie de imágenes hechas alrededor del Mediterráneo y comenzó un montaje extraño mezclando sus vistas de Palmira, de Egipto, imágenes de corridas y las de una joven mujer tendida sobre una mesa de operaciones en un hospital. Procedió espontáneamente. Partió convencido de que la película trataría de recuerdos de viaje, esdecir de una exposición clásica realista, el sueño que tendría esta joven mujer justo antes de la operación o durante su coma. Evocaría sus recuerdos de viaje alrededor del Mediterráneo. Rechacé esa visión. Estaba persuadido de que se tendría que escribir un texto sobre la extremada fuerza mitológica de lo que aparece en esas imágenes. Pollet era ante todo un ojo notable, pero siempre tuvoproblemas para verbalizar aquello que su ojo captaba. Así nació una colaboración muy estrecha que se articulaba, por una parte, sobre la verbalización y, por otra parte, sobre el montaje y la mezcla de sonidos. Escribí el texto que escuchamos mientras vemos Mediterráneo, en cambio no es mi voz la que lo lee. Esa película es desde entonces una película de culto, en parte debido a ese montaje muy extraño.Pasé horas con Pollet en la sala de montaje y soy en alguna forma cocreador de esa película. Al final, esa obra maestra no tiene nada que ver con el proyecto inicial de recuerdos de viaje. Se refiere a la vida, a la muerte, a una posible resurrección en otro mundo. Ciertos planos son admirables y absolutamente mitológicos: pienso en aquellos de la joven griega que se esta abrochando el delantal ypeinándose en un espejo.
Esos planos muy lentos son inolvidables. Al estrenarse, a comienzos de los años 1960, esa película no tuvo ningún suceso, luego con fuerza fue ascendiendo de a poco, hasta ser considerada hoy en día como un clásico del montaje. El ritmo es muy lento. El montaje establece un tipo de cubo, va hacia el fondo y regresa a la superficie. Esas eran mis relaciones con Pollet.Más tarde, me propuso otra película. En Mediterráneo, está la aparición brusca de un templo griego de Apolo, epikouros que quiere decir Apolo Sanador. Pollet se fascinó y dirigió una película enteramente dedicada a ese templo fabuloso perdido en la montaña. Ese templo da la impresión de una aguja sobre la tierra indicando una suerte de norte enigmático. Su aspecto majestuoso gris azulado y las nubesque se sumen en él confieren una dimensión fantástica. Con vista a esas nubes, escribí un texto en donde convocaba a los presocráticos griegos, especialmente a Heráclito, para dar una impresión de sacralidad. A Pollet no le gustó y no lo quiso. Le pidió a Alexandre Astruc un texto casi turístico mientras que yo no quería tener nada que ver con el turismo. Nuestras relaciones se deterioraron unpoco. Luego se recuperaron, ya que aparezco en una película, Contratiempo, en donde leo Las Letanías de Satán de Baudelaire. Pollet colaboró del mismo modo con un ex de la revista Tel Quel, Jean Thibadeau, para la hermosa película sobre Francis Ponge. Pero es en El Orden donde se ve estallar el genio de Pollet, es una película admirable y extremadamente penetrante. ¿Qué quiere mostrar Pollet en esapelícula?
Una cosa esencial: la intensidad de la palabra que sale de ese hombre leproso, desfigurado, le devuelve otro rostro tal vez más bello que aquél que tenía antes de ser tocado por la lepra. Esa película muestra hasta que punto Pollet es sensible a los sonidos y a la voz. Es conmovedor. Pollet es un artista legítimo, un gran pintor del cine. Al menos cuatro o cinco de sus películas...
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