Ensayo
El último poblado en Colombia se llama Lomas Aisladas. De ahí sigue una selva llena de humedales y rica en vida. Ese es el centro de la polémica que tiene taponado este proyecto vial.
Los indígenas emberas llaman a la carretera Panamericana jenfa, que significa 'gran culebra', pero a la altura deLomas Aisladas, en la serranía del Darién, la vía más parece una lombriz, pues se adelgaza para servir de trocha veredal en los últimos 6,2 kilómetros e internarse entre pantanos. A pesar de que la vía continental ha logrado extenderse 25.750 kilómetros entre la Patagonia y Alaska, no ha podido cumplir con el anhelo de unir a América de sur a norte porque lleva varada 25 años justo en esta murallade selva que EL TIEMPO recorrió.
El pavimento que viene del sur termina en El Tigre, a unos 15 minutos de la cabecera de Chigorodó (Urabá). De ahí en adelante son los últimos 43,5 kilómetros que mueren en Lomas Aisladas. La recta es tan amplia como la carrera Séptima de Bogotá, pero sin asfalto. Cuentan que en la época de los 'paras' del bloque Élmer Cárdenas les servía de pista a las avionetasque aterrizaban por la coca de la cuenca del Curvaradó.
A lado y lado se ven enormes haciendas alinderadas con teca. Solo una, la Santa Isabel, posee cerca de dos kilómetros de frente y su fondo se pierde en el horizonte. Tras un trayecto perezoso entre pastizales, un cielo azul claro y un calor infernal, en el kilómetro 31 surge Babilla. Son 14 casas de tabla y zinc.
A la 1:35 p.m., en uno delos patios amplios corretean cinco pollos y un marrano, mientras Agrimael Hernández duerme una siesta en una hamaca, al lado de un gallo de pelea. Pasando la calle está el embarcadero del que negros fuertes sacan las rastras de roble que traen por un brazo del río León, que a su vez comunica con el Atrato. La vía fluvial era la única posibilidad para sacar los productos hasta que abrieron laPanamericana. "¿Se imagina la vida si no existiera la carretera?", pregunta Agrimael, pero ya le han repetido tanto en elecciones que no solo podría salir a Chigorodó sino a Panamá con la vía, que ya no cree que se haga realidad. Lo único que rompe la monotonía de los días por estos parajes son los chiveros (carros) de línea que cruzan a las 7:30 a.m., 1 p.m., 2:30 p.m. 5:30 p.m., y unos cuantos camionesque recogen madera. A lo lejos se divisa un conjunto de colinas enanas. Son Lomas Aisladas. El poblado que clausura la Panamericana toma ese mismo nombre, o El 40, por la distancia en kilómetros desde El Tigre.
El sitio más popular es un billar, sin paredes para que el aire circule y alivie el bochorno. En días normales permanece casi desierto pero sábado y domingo se atiborra de campesinos. Lodemás son 10 casas en dos hileras. Enrique González, un setentón, cuenta de la época en que la polémica ambiental no calaba tanto y simplemente entraron los buldóceres. "Este ya es un proyecto internacional y sería muy bueno para nosotros que Colombia lo terminara. Además, habiendo una empresa, todo el mundo consigue su pega (trabajo)", añade. Él fue de los primeros colonos que llegaron en 1972 delas sabanas cordobesas. Ya estaba el primer tramo de El Tigre al kilómetro 13, y entre 1978 y 1982, durante el Gobierno de Julio César Turbay, abrieron hasta el kilómetro 43 más 500 metros. Detrás de Lomas Aisladas queda el cerro del Cuchillo con sus bosques maderables y en adelante solo hay planicies y pantanos interminables que llevan al parque Los Katíos.
El verdadero tapón
Pero para llegaren la actualidad al parque toca dar la vuelta por Turbo y abordar una lancha con motor.
Los Katíos es una reserva de 720 mil hectáreas de una incalculable riqueza natural, con 412 especies de aves, 38 de anfibios, 105 de reptiles, 182 de mamíferos y 933 tipos de plantas. No hay que internarse mucho para ver un espectáculo de garzones que se sumergen en el agua y se elevan de nuevo con su presa,...
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