ENSAYO
POR JOSÉ MANUEL PUIG
Era sábado por la noche y Dios se encontraba francamente aburrido. La administración de la obra divina marchaba, como era de esperarse, a la perfección, y además el Ser Supremo delegaba a la mayoría de sus funciones en las legiones de asistentes que después de todo, tenían una eternidad de experiencia. Sus actuacionespersonales se limitaban a la creación o destrucción de universos enteros, cosa que hacía con una facilidad asombrosa. Le bastaba un simple acto de voluntad para que de la anda apareciera un universo completo en donde la invariablemente la vida florecía después de unos millones de años, adoptando las formas más variadas e imaginables.
Por otro lado, si algún viejo universo comenzaba adeteriorarse, era mas que suficiente otro acto de voluntad para que de golpe y porrazo desapareciera, como si nunca hubiera existido. A decir verdad, desde que tenía uso de memoria, todo lo que hacía se le facilitaba tanto que, en vez de adquirir un sentimiento de divinidad, cada día se sentía más vacío.
De vez en cuando de reunía también con sus asistentes principales a fin de recibir informesrutinarios de cómo iban las cosas. Por lo regular estas juntas eran siempre lo mismo y el Creador tenía que esforzarse para mostrar interés y no desmoralizar a las tropas. Afortunadamente, era muy buen actor y el entusiasmo con que todo se llevaba acabo no disminuía.
Estaba sumido en estos pensamientos, cuando un discreto toque a la puerta de su recinto lo volvió a la realidad. “Adelante”, dijo con suacostumbrada voz que hacia retumbar todo. Había muchas veces tratado de quitarse este molesto hábito, ya que cada rato hacía añicos los vidrios emplomados del recinto divino, pro después de tantísimo tiempo éste hubiese requerido de un verdadero milagro.
“Su Eterna Divinidad Celestial”…Era un lugarteniente, el jefe de los Ayudantes que entró haciendo las reverencias de costumbre. ¡Por favor!exclamó molesto al el Hacedor,” ya te he dicho muchas veces que cuando estemos solos me llames señor”. “Pero su Eterna Divinidad Celestial, me es muy difícil, casi imposible darnos un trato familiar”.
“¡Y dale con el titulito!, ¡Pierdes mas tiempo lisonjeándome que tratando los asuntos que por aquí te traen!”, dijo Dios con un gesto más de aburrimiento que de enojo. “Dime por fin a qué vienes yya no me hagas enojar, ó te mando a la fábrica de arpas”.
“Señor, mil perdones”…La voz era casi un sollozo
“Ya, ya pasó; no te preocupes y habla”
“Vengo a recordarte que el lunes a primera hora tenemos la reunión mensual con todos los jefes de departamento y esta vez el tema será el planeta Tierra. Los humanos están acabando con él y tenemos que hacer algo al respecto y entre más pronto,mejor. Un desastre en este mundo podría afectar la armonía de todo su sistema solar y ya ve como es difícil después el hacer reajustes”.
“Tienes razón, había olvidado por completo la reunión y no me he puesto al corriente de los asuntos de este planeta…La Tierra dijiste, ¿verdad?
“Así es Señor, parece que la situación entre las colonia humanas se deteriora rápidamente; las últimas noticiasque tenemos son de que la diferencia entre pobres y ricos es cada día más acentuada y además los dos países más poderosos tienen un arsenal termonuclear tremendo y cómo están las cosas, son muy capaces de crearnos otro cinturón de asteroides; parece que por más intentos que han hecho por lograr una paz duradera están a punto de iniciar otra conflagración mundial”
“Esta bien, gracias porrecordarme. Puedes retirarte”.
Sin decir más, el jefe de asistentes hizo una profunda reverencia y salió caminando hacía atrás.
El Ser Supremo volvió a sumirse en sus pensamientos. En su mente apareció la esfera de color azul con manchones blancos y cafés que era llamada “la tierra” por sus habitantes. Era parte de un sistema solar que a su vez pertenecía a un universo que él habría creado cuando...
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