ensayo

Estimado profesor  
El sentido de estas palabras es sencillamente agradecerle la labor que ha desempeñado con nosotros, su dedicación y su entusiasmo en la ardua tarea de enseñar. Entiendo que essiempre complicado tener la responsabilidad, día a día, de llevar la parte más importante de la formación de nosotros. Es cierto también, como suele comentarse en todos los colegios, que se entiendeimprescindible la responsabilidad de educar está en casa, en la familia, en el día a día. Sin embargo, me niego rotundamente a quitar el mérito que tienen todos los que, como usted, se levantan cadamañana para afrontar en sus trabajos la dura tarea de formar, preparar y disponer a los hombres y mujeres del futuro. Convengo con usted en que es un trabajo muy duro y, por lo que se oye, a veces hastabastante desagradecido. Sin embargo, opino que hoy en día es el trabajo más importante de todos.
 En sus manos ha estado, está y estará, formar a las futuras generaciones de profesores, médicos,abogados, ingenieros, jueces, filósofos, matemáticos, lingüistas y todo tipo de profesionales. Es un importante peso, para una importante labor. En un futuro, quizá no tan lejano, todo esto que usted hizopara que las nuevas generaciones se convirtieran en el futuro de la comunidad, siempre se le va a gradecer de todo corazón.
Sin embargo, De una u otra forma, usted se ha  ido abriendo paso, a vecesen silencio, entre todas las adversidades que el destino ha puesto en su camino, incluyendo las reformas de la enseñanza. Una de las metáforas vitales que siempre guardaré en mi mente es que incluso enlas más cruentas guerras siempre queda una escuela en pie y un profesor o profesora al frente de ella, seres valientes a los que sin duda atribuyeron el gen del espíritu inquebrantable.
 Aunrecuerdo, como si fuera ayer, el día de febrero, a principio de curso, en que lo nombraron como director del grado DECIMO fue el único que creyó en nosotros cuando todos los profesores decían que éramos...