ENSAYOS
Las negociaciones de paz que adelanta el Gobierno colombiano con las Farc en Cuba han generadomúltiples análisis y reacciones. No sin razón, la gran mayoría de las discusiones ha girado en torno a los costos jurídicos y políticos que tendrá que pagar el país en el corto plazo.
Otra parte muyimportante de las discusiones se ha enfocado en la necesidad de que las Farc reconozcan que han sido unos de los principales victimarios en la historia reciente del país, que han estado directamentevinculadas en actividades de narcotráfico y que, en este proceso, han despojado a muchas familias de sus tierras.
Con este reconocimiento debería venir un proceso de reparación a las víctimas, que incluyala restitución de las tierras despojadas a muchos campesinos y un compromiso firme de abandonar las armas y el narcotráfico.
Pero los costos y los compromisos no serán solo para las Farc. ElGobierno y el resto de los colombianos también tendremos que asumir unos costos y unos compromisos que deberán cumplirse si queremos una paz sostenible en el tiempo. Una forma (no la única) que resultaútil para analizar y socializar el proceso de paz es como un proyecto de inversión a largo plazo, que tiene unos costos de corto plazo, unas inversiones necesarias de mediano plazo y unos retornos delargo plazo.
Vamos por partes. Si en La Habana no se está negociando el modelo económico, los retornos de largo plazo de alcanzar la paz son más o menos ciertos y evidentes: una mayor tasa decrecimiento económico, un modelo de desarrollo económico que sea más equitativo e incluyente, menores niveles de violencia (especialmente en las zonas rurales, pero no necesariamente en las ciudades ni en zonascon presencia de cultivos ilícitos y rutas de narcotráfico) y, especialmente, un país más democrático y en donde se respeten más los derechos humanos.
Por ejemplo, la evidencia académica para el...
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