Ensayos

Introducción
El trabajo que a continuación se presenta, parte de la contribución con una vertiente complementaria al análisis sobre la iglesia católica. Se considera que si bien el tema ha sido explotado por estudiosos de diversas disciplinas e incluso generando diversas reflexiones entre sectores no académicos, se patentiza la ausencia de un enfoque político que intente primeramente profundizaren la complejidad propia de la institución eclesiástica como estructura de poder y autoridad, con el propósito de configurar un marco de interpretación sistemático y coherente con la naturaleza y dinámica particular de este objeto de estudio.

Durante la década de los ochenta la jerarquía eclesiástica inició un proceso de creciente polinización que la condujo cada vez más a una posición deconfrontación con la autoridad civil, y devino en un paulatino desgaste del acuerdo implícito de convivencia existente entre Iglesia y Estado. Los límites jurídicos impuestos a la incursión del clero en el ámbito público en momentos parecían perder eficacia y tornarse inoperantes para contener el activismo de los prelados.

La Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) que representa el órganocolegiado de los obispos mexicanos se constituyó en la instancia clave para articular y canalizar una parte importante del programa ofensivo de la Iglesia. La reelección en 1985 del grupo de obispos que integraban su Consejo de Presidencia desde 1982 influyo decisivamente en la consolidación de un liderazgo sólido y en la continuidad del citado proyecto[1].

Si recordamos que unos de los principalesobjetivos de la iglesia es la de consolidar su legitimidad para fungir como una especie de mentor ético-moral que oriente y conduzca a la sociedad y a las instancias de poder político por los causes adecuados, que redunden en el perfeccionismo del hombre en comunidad, podemos clarificar en su justa medida la importancia de que la autoridad eclesiástica devenga en un agente de opinión sobre losdistintos eventos del acontecer nacional.

Bajo este marco, es notable la capacidad que desarrollaron los prelados para advertir aquellos aspectos que acaparaban la atención de la opinión pública y de diversos sectores de la sociedad -como los relativos a las crisis económica-, preceder e insertarse en las discusiones y controversias y obtener mayores espacios de proyección que los existentestradicionalmente.

Las coyunturas electorales se tornaron en uno de los espacios específicos en los que los jerarcas sentaron serios precedentes sobre su intención de replantear el posicionamiento eclesiástico frente a la autoridad civil. Esto no debe interpretarse como un hecho espontáneo, sino que fue producto de un proceso sumamente complejo en el que los prelados tuvieron que calibrar paso apaso el terreno en el que se movían y pretendían moverse, tanto frente al gobierno como ante distintos sectores de la sociedad, para la que hubo de someterse también a un análisis sobre los discursos disponibles y los caminos alternativos. Finalmente se impondría una visión más pragmática que vería en la negociación y en dialogo cupular la mejor opción para concretar sus demandas de reformaconstitucional al 130º.

La Iglesia en el Salinismo (1988-1994)

A principios de los sesenta un acontecimiento vino a convulsionar a la Iglesia. De 1962 a 1965 se llevo a cabo le Concilio Vaticano II, a través del cual se intentó dar respuestas a las interrogantes del mundo moderno.

Este evento propicio que a partir de la década de los setenta la Jerarquía Católica en México tomara decisionesrespecto al Estado e intentara identificarse, a través de sus pronunciamientos, con el reclamo de la sociedad civil con el fin de asegurarse mayor legitimidad. La actitud de los gobernantes mexicanos también experimentó algunos cambios.

Luis Echeverría mostró cierta apertura a algunos sectores de la Iglesia. El 9 de febrero de 1974 visitó en el Vaticano al Papa Paulo VI. Dos años más tarde, el 3...