Ensayos

El amanecer de los muertos vivientes...

By pepsi - Posted on 17 Agosto 2007
Cuando el Infierno esté lleno, los muertos caminarán sobre la Tierra
(George A. Romero)
Mis piernas duermen aún, y mis brazos se niegan a despertar. Y creo que están estirados, estriados...
-En extremo… extremidades -parece que me susurra ella-
Lo cierto es que están desmembrados y de mí, lejos
-Pero tancerca…-decía yo (gilipollas)-
Desde ellos, desde su distancia, de su avanzar cotidiano crecen unas raíces nervudas, ligadas y liadas que forman músculo con el agua y su brillo pastoso. Bruñido de azul petróleo que llaman a este color. Gruñido de letrina, que diría yo en otro tiempo y más bien en otro lugar. Ambos cercanos: ahí. Afuera hace un mes. Tan lejanos (jódete)
Se eleva apenas una burbuja en unlago de brea que de vez en cuando se rompe para respirar, para volverse a hundir y para de nuevo hinchar.
Intento recordar si he soñado y lo que consigo es un agotado rugido en los bronquios y la memoria del corazón que me quema el pecho.
Desearía un beso de agua y no más que lo pienso, llega ese beso desde dentro. Entonces pienso que no estaría mal tener nariz. Y como si me oyeran, unas patitasabren paso entre una masa que se me antoja cérea y ya puedo estornudar si quiero. Pero yo no tengo alergia a los plumeros de esta marisma, como ella…
Si siquiera pudiera abrir los ojos, si quisiera…y vuelvo a sentir esas uñas que llenan mis cuencas. Cuando se paran, fijo la mirada y veo árboles rotos por el cielo que rasgan.
El mundo, de redondo ha pasado a picudo. Y la mirada sigue abriéndose ytirando de lo que ve. Ahora entiendo la expresión de comer con los ojos…
El cielo es ese tejido apagado, pegado, apegado. Apergaminado del fondo del orbe, de mi globo. Y los árboles son unas extrañas venillas que no sabían que existían y que como ni ellas saben su nombre, las he llamado eucaliptos de Hiroshima…
Miro hacia fuera que me cuesta como a un escarabajo darse vuelta, miro a los plumerosque querían estornudarse de mí.
Y la veo entre ellos. ¿Pero cómo? si les tiene alergia. Si la hacen llorar… Y va riendo, con algo entre sus manos sonrientes.
Las lágrimas que caen son mías por un segundo. Jamás hubiera pensado en tener algo que tanto duele y qué tan fácil se desprende del dolor que desborda por mis ojos..Espero aguantando los ciempésicos estornudos. Puede ser que ahora tenga yoalergia. A su felicidad en los plumeros.
Tan sólo veo unos zapatos llenos de barro volver sobre sus huellas de ella. Cubriendo la retirada, de ella. Si aquél fuera Robinson frotando la arena de la playa, ella es Viernes. Salvada de los caníbales…
Yo no morí en este pantano. Me arrojaron aquí después del deceso, del suceso y del retroceso del colt que me abrió este boquete en el pecho. Y fue unamuerte violenta y en volandas.
Y me dio mucha rabia no poder decir más que un chorro caliente de sangre, mi réplica, por segunda vez en la vida se quedó en la boca.
Deseaba ser encontrado por alguien y una autopsia, toda esa suerte de salvajadas que me hicieran en una mesa de acero inoxidable y a la vista de focos. Muchos focos. Lupas, escalpelos. Básculas para que pesaran mis órganos…
-Pistas,os daría muchas pistas, ¡os daría todo!. Os diría todo. Así me vengaría de mi asesino.
Pero a los tres días… me hinché y cambié de opinión.
Ya no quería ser encontrado por nadie. Tenía miedo de que ella me viera así.
¿Por qué estoy hinchado? parezco gordo…
Y doy gracias ahora al boquete del pecho, pues sin él, tendría a estas alturas y a esta altura dos cosas de ésas... Protuberantes yridículas, apretadas al maldito lino de la camisa. Creo que nunca odié tanto a mi madre como ese día, el de los tres días. Por su estúpida manía de comprarme camisas de lino. No las estira ni el agua. Y por supuesto, las amarillea. ¡Qué feo estoy así!.
Y menos mal que ya nunca me ponía aquella puta medalla de María que me compró esa maníaca. Maríaca de mamá. Mamíaco soy desde el tercer día...
Hoy...