Está bastante bien, la verdad. Situémonos. De vuelta a casa por vacaciones en el autobús, se enciende la televisión, van a poner una película. A todos aquellosacostumbrados a viajar en autobús reconocerán la sensación, a los que no, se lo describiré. Las películas del autobús son variadas, es como comprar un jamón, nosabes cómo te va a salir. Así que lo primero que sientes es incertidumbre. Según comienzan a aparecer las primeras letras e imágenes, si pasados 10 segundos no hasconseguido reconocer el título de la película, la incertidumbre se convierte en miedo y si tras arduos esfuerzos conectas los cascos, subes el volumen y descubres queno funciona el auricular izquierdo y que el derecho se oye con un pitido fluctuante decides rendirte y pasar las 5 horas que restan de camino durmiendo. Volvamosal autobús, ponen una película, no reconozco los títulos, qué raro, pienso, conecto los cascos, se oyen, qué raro vuelvo a pensar. Comienza la historia centrada enJimmy Hoffa, descubro a un Danny DeVito contricto y un Jack Nicholson encarnado en un personaje carismático. Decido que veré la película. Aunque es larga y enocasiones se me hace pesada, sobre todo al principio, los cambios temporales entre el "presente" y el desarrollo del pasado hasta ese "presente" me mantienendespierta, que ya es mucho decir en un autobús. Cóctel de mafia, poder, sindicalismo, lealtad y misterio entorno a la desaparición de Hoffa resuelta de una forma bastanteconvincente y sorprendentemente verosímil .
Cuando termina descubro con alegría que ya quedan menos de 50 km para llegar a casa y disfrutar de mis vacaciones
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