Ensayos
Empiezo a ser como esos pelmazos que no paran de repetir el lamento del hombre atardecido: ¡Cómo pasa el tiempo! Hace quince años que apareció el primer número de LA RAZÓN. Muypocas personas creyeron en su supervivencia. Yo estaba entre los incrédulos. Pero lo leí desde el principio, y Antonio Mingote –éramos de ABC–, me confesó que en LA RAZÓN encontraba muchas mañanas elmotivo para sus dibujos. De esos quince años, nueve llevo en sus páginas, muy feliz, muy cómodo, muy bien instalado. Sólo me falta la chimenea, el perro y la copa para que la instalación seaplenamente confortable. Molestamos a muchos, y ello garantiza que lo estamos haciendo muy bien. Molestamos, preferentemente, a los que consideran que España es un recortable que se puede trocear.Transcurrimos por una angustiosa crisis económica, agudizada por la irresponsabilidad previa de unos administradores del dinero público insensatos. Los que ahora lo administran se han visto obligados a adoptarmedidas nada agradables para la ciudadanía. Y no son simpáticos. Las tormentas pasan. Transcurrimos por un período convulso de necios proyectos secesionistas de regiones que se han inventado su pasadode naciones. Creo también que esas tormentas pasarán, entre otras razones, porque España ha cedido, como todos los países de Europa, una parte de su soberanía. Si existiera en verdad un proyecto defuturo en España, éste sería el de unirse a Portugal, en igualdad de condiciones, formando una federación ibérica fraternal y potente. Nunca desprendiéndose de quienes siempre han estado unidos a su pasodiario por la vida durante más de quinientos años. Pero España necesita urgentemente una regeneración política y una reacción contra la corrupción y el abuso de los poderosos. España necesitarecuperar la seriedad que le ha arrebatado, a los ojos del mundo, el majadero y carísimo fantasma de las autonomías. España necesita de una derecha moderna y sin complejos, y de una izquierda también...
Regístrate para leer el documento completo.