entre el gaucho y el tango

Entre el gaucho y el tango: Canciones populares y el cambio de paisaje de identidad argentina moderna, 1895–1915
1. Brian Bockelman

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Figura 1:
Mario Zavattaro creó esta caricatura juguetona del cantante-compositor de canciones argentino Ángel Villoldo para la tapa de Carbonada criolla(CA. 1906), una colección de melodías de Villoldo populares hizo los arreglos para el piano. Aunque considerado un letrista temprano pionero del tango urbano, Villoldo se representa aquí en el traje del gaucho, recordando a espectadores de sus orígenes como payador rural fingido cuyo repertorio de la canción se concentró pesadamente en cuentos sobre el campo. Cuando combinado con los tangosdispersados en sus pies, incluso los éxitos contemporáneos “El Choclo” y “el El Porteñito,” este retrato rústico de Villoldo sirve para ilustrar la naturaleza híbrida de la cultura de masas urbana a finales del siglo, trayendo dos iconos muy diferentes de la identidad nacional argentina moderna — el gaucho y el tango — en la armonía temporal. Cortesía de la universidad de Bibliotecas de Miami, Aguilonesdel Coral, Florida.
 
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En uno de los episodios históricos más vistosos de Argentina, el presidente populista Juan Domingo Perón comenzó su término en 1946 "promoviendo" el león literario Jorge Luis Borges de su puesto cómodo en el Buenos Aires biblioteca municipal a la posición de volatería e inspector del conejo en un mercado público cercano. Si propio Perón resultó el pedidopermanece confuso, pero el acontecimiento provocó la enemistad de toda la vida entre los dos argentinos prominentes — sin duda sentido más intensamente por Borges, que tenía una pluma aguda pero ningunos otros medios de la venganza 1 En décadas subsecuentes, Perón y Borges vinieron para representar visiones muy diferentes de la cultura argentina: Perón el hombre impostor de la gente, macho,ingeniosa, gárrula, pero antiintelectual; Borges el letrado culto, separado, cosmopolita, enciclopédico. El conflicto entre ellos — más de una enemistad que se cuece lentamente que un asalto directo — ha parecido mucho tiempo sintomática de las visiones políticas y culturales polarizadas que agarraron Argentina después de la Guerra mundial II.2
Aún mirando hacia atrás, ahora parece obvio que estas doscifras por otra parte antagonistas realmente compartieron una práctica cultural común que fue desapercibida por sus contemporáneos. Perón y Borges ambos usaron el mismo almacén de símbolos nacionales relacionados con el gaucho — el vaquero fabuloso de Argentina — y el tango — el baile popular y canción — para afirmar su dominio sobre la cultura argentina. Aunque usaran esta herencia cultural demodos diferentes, cada uno alcanzó el pináculo de fama por la boda un enfoque de vanguardia a su arte elegido — política para Perón y literatura para Borges — con un despliegue penetrante de adornos argentinos populares que habían estado en la gestación desde los finales del siglo. Borges escribió misteriosamente de urbanites perdido en fantasías del gaucho y caracteres resistentes de las afueras deBuenos Aires quien vivió y murió por el tango y el cuchillo. Perón salpicó sus discursos políticos con frases entresacadas de tangos populares y viejos poemas gauchesque como Martín Fierro de José Hernández (1872), dándole “una capacidad de comunicarse a auditorios de la clase obrera de los [cuales] sus rivales carecieron. ”3 Además, ambos hombres estaban igualmente en casa con los dos juegos desímbolos populares, pasando de acá para allá entre las imágenes del gaucho y ese del tango como la ocasión exigida.
El hecho que tales enemigos amargos y adversarios culturales supuestos emplearon los mismos materiales simbólicos indica sólo cómo penetrante estas tradiciones populares se habían hecho como elementos de la identidad nacional argentina antes del medio del siglo veinte. Por...