Entre El Silencio Y La Canción

“ENTRE EL SILENCIO Y LA CANCIÓN”

Intentaremos en este trabajo mostrar cómo en el transcurso de la dictadura en el Uruguay (1973-1985), el golpe de estado intento silenciar a una sociedad que no quería callar.
La censura se hizo cada vez más prohibitiva, hasta llegar al límite de lo absurdo, ya no se sabía lo que era considerado prohibido y lo que no, quizás todo lo estuviera.
En el discursode los militares golpistas, era frecuente hablar de “mal nacidos” o “traidores a la patria y a las buenas costumbres”, intentando dividir a una sociedad entre buenos y malos (no nos detendremos a hablar al modo de accionar de los golpistas); habían palabras que estaban suprimidas por su esencia “subversiva” y personas que el simple hecho de nombrarlas podía corresponder la cárcel. De esta manerase intentaba también silenciar al arte, lo contrario al régimen debía ser borrado , condenado al olvido dándole silencio, podemos entablar un paralelismo con el accionar de los conquistadores europeos que, intentaron y en algunos casos lograron desaparecer a una civilización.
A través de la fuerza y la vigilancia extrema, lograron entablar el miedo, los hogares pasaron a ser inseguros y asospechar de los vecinos, y de los oídos de las paredes; ningún material “subversivo” se encontraba en los hogares por miedo a los allanamientos. Si embargo, en clandestinidad el simple hecho de escuchar un disco o leer algo de lo prohibido; implicaba un acto de resistencia.
El arte siempre a dado batallas a la opresión a lo largo de la historia de la humanidad, y el Uruguay no iba a ser la excepción.Larbanois decía en una entrevista esta anécdota:
“Allí grabamos Ayer crucé la frontera, una canción de Manuel Rojeles con música de Washington Benavides. Numa no podía figurar porque era una persona “requerida”, entonces aparece como de Manuel Rojeles.”
“Mañana por la frontera vuelvo donde esta mi espada.
Que soledad tan callada en el destierro me espera.
Sin tu amor, sin me bandera y lacasa abandonada.”
Esto hecho es reflejo de la censura, y de la batalla que da el lenguaje, batalla (no en este ejemplo) que da desde lo metafórico y desde lo alegórico. Había un pueblo que entendía los códigos del lenguaje, un pueblo que decodificaba lo que se quería expresar.
Para adentrarnos a la temática elegida, empezaremos con Rubén Lena desde la perspectiva de pionero del “cantopopular”. “Rubito” como era conocido, a fines de los años cincuenta había asistido, a un congreso en Venezuela donde todos los países estaban representados por un canto nacional, esto lo llevo a reflexionar sobre la idea, de que en Uruguay no existía este fenómeno como tal; por lo que al volver comienza a componer canciones, que van a ser interpretada por dos alumnos del mismo, nada más ni nada menos que“Los Olimareños” Pepe Guerra y Braulio López, quienes inmortalizaran sus letras. En sus canciones se palpita la vida simple, los pagos, su gente. Símbolos que calaran hondo en aquella sociedad y fomentara una “identidad nacional” que se desprenderá de las letras.
Pero a partir de la dictadura el arte se quedo sin voz y comenzó a pensar en el exilio como una manera de eludir la barbarie, no sólocontra el hombre sino contra la palabra misma, casi todas comprometidas en algún grado con el movimiento de resistencia.
Se instala en aquella sociedad la identificación del enemigo, existía un “enemigo en común”. Y el canto popular será uno de sus mayores focos de resistencia, las canciones se instalan en las memorias silenciadas, se tararean, se escuchan en cautiverio y gritaban desde el exilio.Se retoma la figura del viejo trovador uruguayo “el payador” que desafiaba en sus payadas.
Pero no queremos ahondar sólo en los cantores, sino en la relación entre la pesia y el canto popular; relación que se afianza por el contexto socio-`político, que da apertura, para la concertación de proyectos en común.
W. Benavides hace alusión metafórica a la presencia de ambas tradiciones -la oral...