Entre la González Suárez y la que cruza

 No se desde cuando empezaron las dudas en el fondo de mi alma respecto de la veracidad de los datos escritos en nuestra historia. No sabía realmente si creer o no creer en los perfiles dejados a través de los siglos por esos grandes próceres, de los que se ven sus figuras esculpidas en bronce colocadas en las partes más concurridas por la gente en formas de colosales estatuas puestas en elcentro de los parques para infundir estratégicamente el respeto colectivo hacia lo sublime.
Y algo que pasó en días pasados vino a aumentar más esas dudas: pasaba por una de las calles cercanas a la Colón cuando vi en una pequeña tiendita una subasta de libros usados.
No fue más acercarme para que mi obsesión por adquirir libros raros se apoderara de todos mis movimientos. Encontré un libro de másde 500 hojas (un librazo) que hablaba de las vidas y pequeños detalles de “los grandes personajes de la historia ecuatoriana en estos últimos 500 años” (si solo tenemos apenas dos siglos de vida republicana).
Me despertó naturalmente una enorme curiosidad por conocer esos detalles de esos prohombres. Compré el libro y me puse a leer ávidamente esos cruciales datos de ecuatorianidad.
Mientrasdevoraba una a una las 500 páginas, la duda que había venido anidando en los últimos tiempos en el fondo de mi alma fue cobrando más consistencia.
Mientras daba rienda suelta a mis devoradores instintos de un contumaz come libros, la pesadez adormecedora del libro vino a hacer efectos poderosos en mí; pero no como una suave brisa inspiradora de sabiduría, sino como burundanga furtiva de la bandade los dulces sueños.
Y no era el ritmo y el estilo empleado por el escritor, sino eran los datos prolijamente extendidos con respecto de esos incólumes próceres.
Cuando llegué al comentario de un ensayo que había realizado el prohombre Gonzáles Suárez, máximo símbolo de la grandeza y sabiduría principalmente quiteña, con respecto a la “Divina Comedia” del gigante Dante de Alighieri, la canciónde cuna cuenta ovejas del relato enfrascado en el libro produjo en lo más sensible de mi alma un efecto desbastador: no sabía si pegar un alarido de dolor al sentirme que me habían estado mintiendo en todos esos datos ensartados en mi subconsciente a través de mi formal educación, o sentarme a llorar cual una Magdalena al reconocer que para fortalecer el amor a la patria esos historiadores habíantenido que maquillar hábilmente transformando a enanos de nacimiento en gigantes basket bolistas.
… “se han escrito tantos comentarios, que ya es de todo punto imposible decir cosa nueva”… decía el incólume prócer.
… “la historia de las repúblicas italianas de la edad media viene a ser el comentario indispensable de la obra del rencoroso poeta florentino”… continuaba comentando el gigante.
…“en la Divina Comedia abundan las alegorías, las circunlocuciones (¿), las alusiones locales y los símbolos científicos y literarios: no es pues un poema claro: la oscuridad es una de sus cualidades; y para que su lectura sea inteligible y amena, hay necesidad de explicaciones y de comentarios”… termina con altivez el supuesto bate.
A confesión de parte, relevo de pruebas, dice la columna vertebraldel Derecho...
Primero tilda de: “rencoroso poeta florentino” al profeta Dante de Alighieri. Luego continúa con: “alegorías, circunlocuciones (realmente no se a qué se refiere con esta palabra), alusiones locales (los personajes de la obra son básicamente metafóricas, no localistas), símbolos científicos y literarios”… “hay necesidad de explicaciones y comentarios”… termina confesando que noentendió la obra y que necesita que alguien le explique realmente de qué es lo se trata…
La decepción de este descubrimiento trágico me duró algunos días. Después de asimilar este duro golpe y haber procesado toda esa información, el estado natural de mi campo razonante continuó como de costumbre inundando mis presentes con una miríada de ideas claras, que como faros luminosos aclararon los...