Entre mar y una mujer desnuda
JEA: Ignoro si hay alguna. Sería pretencioso suponerlo. Habría que verlo desde afuera.AT: Los lectores de los años setenta leyeron su obra dentro de la novela del compromiso político, pero también dentro de un registro experimental que venía unido a toda una tradición que se desprendía de las búsquedas de las vanguardias históricas, ¿cuál es actualmente la percepción que usted observa en los nuevos lectores?, ¿se deja leer este texto como una obra independiente del contextopolítico de los años 70?
JEA: Creo que sí. La acción de la novela fue actualizada, 20 años después, en la película de Camilo Luzuriaga que aún se exhibe en diversos países. (Curiosamente, uno de sus mayores éxitos lo alcanzó en la India en donde buscaban inútilmente una versión del libro en inglés). Se me ocurre que los problemas de cuestionamiento ideológico, que surgieron durante o después de lanovela experimental, siguen teniendo validez. Prueba de ello podría ser el
hecho de que Entre Marx… sigue editándose, o sea que hay nuevos lectores, algunos de los cuales la han escogido como tema de sus diversas tesis de grado.
AT: ¿Hubo en su perspectiva como creador, la idea de teorizar o elaborar una poética a través del desarrollo de un texto narrativo como Entre Marx y una mujerdesnuda? JEA: Creo que sí. Tenía conciencia de que se trataba de un libro a caballo entre el ensayo y la novela hasta el punto de que le puse el subtítulo de “Texto con personajes”.
AT: ¿Con qué obras de la literatura en general usted establece un diálogo de libro a libro? Quizás esta pregunta va más hacia el reconocimiento de influencias y obras que dialogan con la suya intencionalmente o no.JEA: No me parece que haya una influencia directa. Hay quienes han querido aproximarla a Rayuela, de Cortázar, supongo porque exige la participación de un lector “activo” (“masculino” lo llamó él y debió reconocer la existencia de lectoras que, lejos de ser “pasivas”, eran muy “masculinas”), que participa, casi como coautor, en la elaboración del libro. Fue, más bien, una cuestión de sensibilidad.El “diálogo” estaba en el aire: sin conocernos directamente, en distintos lugares cada uno hacía lo mismo. Igual sucedió con la poesía. Por lo demás, cada vez creo con mayor certeza que cada libro que escribimos es lo que queda en nosotros de todos los libros que leímos.
AT: La película que se basa en esta narrativa suya, recibe el mismo nombre pero se convierte en una narración distinta. ¿Quéaspectos de la película encuentra usted mucho más cercanos a las imágenes cinematográficas que percibía ya en su novela?
JEA: Es una narración distinta porque es un lenguaje distinto. Yo no concebí el texto a partir de imágenes cinematográficas, ni simplemente visibles, sino literarias. A la aparición del libro en México me pidieron autorización para una versión teatral. Me asombró el intento:no lo creía realizable, y no se hizo. Poco después, Entre Pancho Villa y una mujer desnuda, que tenía una remota similitud con mi texto, obtuvo un premio a la mejor obra teatral nacional, y también fue llevada al cine. (Alguien sugirió que, para ser realmente original, debió haberse titulado Entre Pancho Villa y una chamaca en cueros). Creo que uno de los aciertos mayores de Camilo Luzuriaga fuela utilización de la metáfora cinematográfica, como reflejo de la metáfora literaria, pero enteramente original: la piscina rodeada de nichos con imágenes religiosas, el tren que arrastra estatuas y esculturas, el “almuerzo blanco” en una isla…
AT: Lo experimental en Entre Marx y una mujer desnuda, ¿logra captarse en la película? Si es afirmativa su respuesta, de qué forma logra Luzuriaga...
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