Entre Matematicos

ENTRE MATEMÁTICOS

Hoy, paseando por las calles tumultuosas y plenas de gente, pude ver un sinnúmero de academias e institutos especializados en las Ciencias Matemáticas y me acordé de ti, de milinda y dulce profesora. Entonces recordé que un día me dijiste que estabas buscando fórmulas para determinar lo que sentías por mí.
Busqué, caminé por calles saltando de un distrito a otropreguntándole a la gente: “¿Conoces a un matemático?”. Las personas me miraban como miran a un loco y se reían de mí. Le preguntaba a uno, le preguntaba a otro y todos me miraban de igual forma. Vi mil rostros,mil gestos raros, mil burlas.
El día ya moría y la tarde se iluminaba con miles de farolas de las calles. Me estaba rindiendo y ya estaba exhausto, cuando sin esperanza alguna le pregunto a un señormuy viejo que estaba sentado en la banca del parque que yo había elegido para descansar del infructuoso día y renegar de mi mala suerte.
― Señor, disculpe –le pregunté al señor muy viejo- ¿Ustedconoce a algún matemático famoso que me pueda ayudar?
― ¡Claro muchacho! –me respondió con voz ronca y pausada.
― ¡No! –exclamé entusiasmado.
― Conozco a un tal Descartes..., Gauss..., y..., y... –segolpeaba la frente con dos dedos, esforzándose para recordar.
― ¿A quién más? –pregunté ansioso.
― A... este..., a... –y dando un salto gritó- ¡A Pitágoras!
Las demás personas que estaban cerca denosotros se asombraron y nos miraron como a dos locos sin remedio. Entonces el señor muy viejo me contó que a tres cuadras del parque en el cual nos encontrábamos, existía un Café-bar llamado “Losmatemáticos”, donde se reunían Descartes, Gauss y Pitágoras a discutir apasionadamente, tomando sendas tazas de café. Me dijo que si me apresuraba podía encontrarlos aún en aquel Café-bar.
Prácticamenteiba corriendo entre la gente, dando tumbos entre ellas y sorteando con gran agilidad y temeridad a los miles de autos que transitaban por las calles. “¡Preguntando se llega a Roma!”, me dije. Así lo...