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Priscilla West
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Copyright © 2013 Blackbird Publishing
Todos los personajes que aparecen en esta obra son ficticios. Cualquier
semejanza con personas reales, vivas o difuntas, es pura coincidencia.
Tabla de contenido
Capítulo uno
Capítulo dos
Capítulotres
Capítulo quatro
Capítulo cinco
Capítulo seis
Capítulo siete
Capítulo ocho
Capítulo uno
Me desperté acunada por un par de musculosos brazos bronceados y suspiré
satisfecha. Esta vez, supe inmediatamente dónde me encontraba: en la habitación de
Vincent. Él me hacía cucharita y, mientras yo yacía allí rememorando, las últimas
doce horas se reproducían en mimemoria con una confusión placentera. A fin de
cuentas, Vincent había sido muy comprensivo en cuanto a la situación con mi ex
novio Marty. No había querido hablarle acerca de ello tan pronto en nuestra relación
—ni siquiera se lo había contado a Riley hasta ayer— pero al ver cómo había
resultado, me sentí mucho mejor.
Al voltearme, encontré su atractivorostro, respirando lenta y suavemente. Su
característico aroma masculino se estaba volviendo familiar, lo cual resultaba tan
reconfortante como sumamente excitante. Dormía como un hombre sin ninguna
preocupación en el mundo; sin embargo, sabía que cualquier persona que dirigiera una
empresa tan grande como la suya tenía muchísimo por lo que preocuparse. Admiraba
su capacidad paramanejar el estrés.
Por encima de su hombro, leí los brillantes dígitos verdes del reloj despertador:
apenas eran las seis y media. Mi mente se dirigió inmediatamente hacia zonas
obscenas; mi impulso sexual siempre había sido mediocre en el mejor de los casos,
pero ahora estaba por los cielos.
Con la mano, le recorrí los abdominales esculpidos en dirección alimpresionante
pene y me llevé una sorpresa placentera al encontrarlo duro. Tenía una erección
matutina. Resultaba difícil darme el crédito por calentarlo mientras aún estaba
dormido, pero envolverlo con la mano incluso a través del algodón suave de los
calzoncillos hacía que me humedeciera. Deslicé los dedos arriba y abajo con suavidad
por su pene erecto, ansiosa por quitarlela ropa interior.
Se movió.
—¿Sientes algo que te gusta? —farfulló somnoliento. Tenía los ojos entreabiertos
y lucía sexy mientras se los restregaba y bostezaba como un león.
—Estaba celosa de quien fuera que te estaba excitando mientras dormías —le dije
con estudiada timidez.
—No deberías estarlo. Ya hace un tiempo que eres la única mujer en mis sueños.
Solté una risita, insegura de que suafirmación pudiera ser verdad. Al menos, sabía
qué decir para hacer que me sintiera especial.
—Aunque ni se compara con la real. —Me besó la frente y movió el brazo debajo
de mí, cubriéndome ambas nalgas a través de mi ropa interior—. Me gusta cómo
luces a primera hora de la mañana.
Estaba segura de que mi cabello era un desastre total y de que, probablemente, mi
maquillaje estabacorrido por todos lados, pero me sonrojé ante el cumplido de todos
modos. Vincent, con el cabello ondulado y la varonil barba incipiente, estaba hecho
para lucir espectacular apenas se levantaba. Envidiaba lo fácil que le resultaba verse
tan atractivo.
Al dejar su erección por un momento, apoyé la mano sobre su estómago firme y
me deslicé hacia arriba para besuquearle los labios.
Me devolvió el beso...
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