Entrevista nuevo periodismo
Oscar Natalio Ringo Bonavena nació en (Buenos Aires, el 25 de septiembre de 1942 en el barrio de Boedo. Es asesinado en Reno (Nevada), Estados Unidos, el 22 de mayo de 1976) fue un boxeador argentino de peso pesado.
Se inició como boxeador en el Club Atlético Huracán, y en 1959 fue campeón amateur. Su éxito como profesional lo llevó a pelear con frecuencia en Estados Unidos, lameca de este deporte. Venció al campeón canadiense George Chuvalo, combatió dos veces con el gran golpeador Joe Frazier —la segunda de ellas por la corona de los pesos pesados de la World Boxing Association en diciembre de 1968— y el 7 de diciembre de 1970 enfrentó al mítico Cassius Clay en el imponente Madison Square Garden, logrando derribar al gran campeón, para luego perder en el round 15 luegode su tercera caída.
¿A quién dedica ese saludo, Ringo? "A los pibes de mi barrio, a los pibes de Boedo que me están mirando."
En mayo de 1976 Oscar Natalio Bonavena, el campeón argentino de boxeo, caía asesinado a la salida de un prostíbulo en Estados Unidos. Nueve años antes, María Esther Gilio publicaba en "Marcha" un reportaje que lo pintaba de cuerpo entero.
"Yo le gano a ése. A ésey a cien como él", dijo Ringo; y miró hacia la cámara con expresión desafiante. Pero enseguida sonrió y guiñó un ojo. "Ringo ahora saluda", explicó el locutor, como si los televidentes fueran ciegos. "¿A quién está dedicado ese saludo, Ringo?" "A los pibes de mi barrio. A los pibes de Boedo que me están mirando." Dijo, y volvió a sonreír sin saber muy bien hacia qué cámara dirigir la mirada.
Dosdías después se entrenaba en el Luna Park. Un portero guardaba fervorosamente la entrada del gimnasio. Cualquiera podía creer que detrás de esa puerta se encontraba el jardín de las Hespérides. Tan celoso era su cuidado, tan ansiosas las miradas de los que quedaban fuera. Cuando Ringo, después de dos horas, apareció distribuyendo sonrisas de héroe cansado, una ola de excitación recorrió a loschiquilines que también desde hacía dos horas husmeaban la entrada y conjeturaban sobre entrenamientos, campeonatos, zurdazos y dólares. Ringo se dejó palmear por uno, simuló tirar un puñetazo a otro y girando rápidamente me emplazó con su índice. "¿Usted es la uruguaya? ¿Así que quiere hacerme un reportaje en casa de mi vieja? ¿Sabe una cosa? Eso fue lo que más me gustó. Eso... que quiera conocer ala vieja. Venga, tengo la cachila afuera."
La cachila, un Mercedes deportivo blanco tapizado en cuero negro, sin desmedro, podía integrar las ensoñaciones del emir de Kuwait. Ringo se acercó y le palmeó el capot con aire tierno. "Seis millones", dijo. "¿De dólares?", pregunté distraída. "¡Ah, no! Pero usted está loca..." y acercándose con mirada interrogante: "Digamé, ¿es buena periodistausted?".
-¿Por qué? ¿Solamente se entrega a los buenos?
-No... pero como además es mujer... Suba.
-Quédese tranquilo... mis amigas dicen que soy buena.
-Mis amigos también, pero yo tengo...
-Sí, muchas copas y medallas para demostrarlo.
-Eso es. Y empresarios que me pagan cualquier plata.
-Un millón. -¿Un millón? Por un millón no levanto este dedo. Quizá veinte millones por una pelea. Hace pocogané en una noche veintiséis millones -dijo; y se quedó mirando la cara que yo ponía. Para no decepcionarlo abrí la boca extasiada.
-¡Ah!... -¿Vio? -dijo, y pegó un frenazo que me tiró contra el parabrisas.
-Ringo... no se olvide que aquí adentro hay un campeón.
Sonrió. -Yo manejo rápido. ¿Tiene miedo? Este auto da más de doscientos. ¿Por qué no empieza con las preguntas?
-¿Qué cree que estuvehaciendo hasta ahora?
Volvió a mirarme con expresión desconfiada.
-¿Será buena periodista usted?
-Soy mala... pero muy honesta.
(Soltó una carcajada.) -Ahí me hace acordar a la vieja que siempre quería hacerme entrar con alguna muchacha fea pero muy trabajadora.
Estábamos rodeando Plaza de Mayo. Ringo había aminorado la marcha del auto y miraba atentamente hacia un grupo de chicos y palomas....
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