Entrevista
ÁREA 3. CUADERNOS DE TEMAS GRUPALES E INSTITUCIONALES
(ISSN 1886-6530)
Nº 12 – Primavera 2008
PENSAR EL ENCUADRE EN CONTEXTOS EDUCATIVOS (I)
Luis García Campos[1]
Un observador en un aula va con toda probabilidad a referirse a lo que allí pasó, a lo que hicieron los alumnos y alumnas, a las palabras, gestos o mensajes de la maestra... Este análisis, lógico ycoherente con la acción educadora, puede pasar con demasiada velocidad por encima de una serie de elementos que posibilitan y condicionan dicha actividad: espacios, tiempos, disposiciones físicas, roles, estructuras de comunicación, tareas son factores que pueden pasar inadvertidos al investigador en el aula y sin embargo resultar determinantes para el trabajo educativo. Todos estos aspectos constituyenlo que vamos a denominar encuadre y sobre lo que proponemos realizar una aproximación que facilite su visibilización en el contexto escolar.
El encuadre es un término que surge del campo psicoanalítico para determinar las condiciones fijas y estables de esa actividad. En muchas ocasiones se utiliza el término inglés setting como sinónimo para aludir a las condiciones en las que se formaliza eltratamiento psicoanalítico refiriéndose a las cuestiones espaciales, temporales y a la relación establecida mediante un contrato entre analizando y analista. Esta relación suele hacer mención expresa a honorarios, duración y momento de las sesiones, incluye también el tipo de interrupciones pactadas y por supuesto establece el para qué del trabajo, la tarea convocante. En un segundo nivel, estascuestiones “objetivas” remiten y generan una serie de efectos intersubjetivos que son material para la actividad analítica y que a nuestro juicio deben ser tenidos en cuenta e interpretados en el contexto escolar de una manera más detallada y productiva. Nos proponemos utilizar este esquema para pensar ciertas cuestiones del quehacer educativo que habitualmente son ignoradas y operan, por ello,como obstáculos en el trabajo de educar.
Nos ubicamos en este trabajo en la intención de trasladar al campo educativo algunas cuestiones revisadas y elaboradas desde la práctica psicoanalítica, trasladando estos conceptos al contexto educativo. No pretendemos “psicoanalizar en la escuela” ni buscamos establecer términos de equivalencia entre la situación clínica y el aula[2], sí que defendemos queciertos saberes del primer espacio pueden ser aplicados en el segundo y de esta transferencia consideramos que puede obtenerse un beneficio en la acción pedagógica.
Pretendemos también defender nuestra propuesta desde esa pedagogía que entiende que el trabajo educativo, más allá de programas, coyunturas y circunstancias, surge del encuentro entre un educador y uno o varios alumnos en losque cabe un lugar para reconocer los deseos y los temores que el aprender y el enseñar encierran, más allá de las normas, los intereses sociales externos o las recomendaciones técnicas del momento. También defendemos un modelo en el que el enseñante se ocupa, entre otras cosas, de resignificar y dar sentido a la forma en que los alumnos y él/ella mismos se encuentran en el mundo y desde dondepiensan determinados contenidos escolares. Partimos de una concepción del acto pedagógico que se mueve en tres niveles: lo psíquico, lo social y lo instrumental[3]. Esto es, concebimos el acto de enseñar-aprender como una dinámica en la que se incluyen elementos psíquicos de las personas implicadas, generando producciones y vínculos; elementos sociales que permiten y modulan la relación educativa enuna dialéctica reproducción-transformación; y cuestiones instrumentales (conceptos, procedimientos, actitudes) que constituyen, a priori, la tarea convocante.
HABLAR DE ENCUADRE EN CONTEXTOS EDUCATIVOS
Si con el término encuadre nos referimos a aquellas cuestiones que se mantienen constantes en una situación de interacción entre dos o más personas y que permiten que esta...
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