Entrvista a susan sontag
Susan Sontag Pasión por el cine
Susan Sontag no es sólo una gran novelista y una aguda ensayista, sino una amante del cine cuya devoción la ha llevado a convertirse en directora. Vicente Molina Foix, también novelista, es un brillante crítico de cine. Esta conversación, un recorrido por sus filias y fobias cinematográficas, es asimismo una elegantepartida de esgrima mental en donde el primero que gana es el lector.
Vicente Molina Foix: Si te parece, podríamos comenzar por definir “cinéfilo”. Susan Sontag: Pienso que un “cinéfilo” es alguien que ha experimentado el cine como una gran forma artística, que conoce con pasión el cine y la historia del cine, que ha visionado y “revisionado” las grandes películas que se han hecho en los últimoscien años, que sigue viendo y buscando las mejores películas que se hacen, hoy en día, en cualquier parte del mundo. Yo me definiría como una cinéfila. Te hago esta pregunta porque mucha gente se define como aficionada al cine, en el sobreentendido de que son “cinéfilos” (muchos dicen: “Sí, me encanta el cine, veo películas todo el tiempo”). Pienso que un cinéfilo es algo distinto. Uno de los mejoresejemplos que conozco es Guillermo Cabrera Infante, pero Guillermo no sale a menudo a ver estrenos. Tiene una memoria prodigiosamente cinéfila y una curiosidad profunda pero no “renovada” por el cine que se hace ahora. Dije lo que tenía que decir. Mi definición tiene tres partes, y entiendo por “cinéfilo” esas tres partes. No puedo hacerme responsable por lo que otra gente piensa que es uncinéfilo. Lo que me sorprende de tu comentario es que digas que a todo el mundo le gusta el cine. No lo creo. Me parece que hay menos gente que ama el cine, incluso de un modo superficial, de la que solía haber. ¿Recuerdas la primera película que te hizo tomar conciencia de la forma, comprender el cine como algo diferente al simple disfrute de una historia? Creo que la primera vez que entendí el cine comoarte fue cuando empecé a ver películas europeas. Mi experiencia es la de una niña que creció en un pueblo del sur de Arizona cerca de la frontera con México. Me educaron de manera muy estricta y se me permitía ir al cine los sábados por la tarde; en aquella época aún existía la sesión doble, pues la mayoría de las películas duraban noventa minutos. Todas eran películas de Hollywood. Aquellaspelículas me parecían mágicas, y vivía de un sábado a otro soñando con ellas. No me gustaban mucho las comedias ni los musicales, pero sí las películas que hacían llorar, las películas románticas, y también las de tema histórico. Pero esto fue en la infancia. Cuando tenía trece años, mi familia se trasladó a Los Ángeles, y allí había un cine pequeño que pasaba películas extranjeras. La primera que viera de un director francés, Jean Delannoy, y se llamaba La Symphonie Pastorale. Era una adaptación de una novela menor de André Gide, con Michèle Morgan. Y la vi en aquel cine, con trece años –estamos hablando del final de los cuarenta–, y pensé: “Vaya, esto es algo totalmente distinto de las películas con Bette Davis y Joan Crawford y Lauren Bacall. ¡Esto es completamente distinto!” Fue parte demi descubrimiento de Europa. Así que antes de que el cine se revelara como forma, las películas (las que yo amaba) significaron el descubrimiento de Europa. Aquellas películas eran una alternativa a Hollywood, y desde entonces dejé de apreciar las películas de Hollywood. Tuve que irme a vivir a Francia en los años sesenta para descubrir, a través de directores franceses como Godard y Truffaut, quehabía algo interesante en Hollywood, porque antes había pasado por una etapa de total repudio del cine norteamericano, a excepción del cine mudo, por supuesto. Pero la forma se puede descubrir en cualquier película. Hace poco he relatado, en mi ensayo autobiográfico “El novio del cine”, mi descubrimiento de la forma cinemática. Un día, cuando tenía quince años, descubrí que el cine era algo...
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