Epidemiologia Subestación Rigolleau
Como norma general, se puede hablar de subestaciones eléctricas elevadoras, situadas en las inmediaciones de las centrales generadoras deenergía eléctrica, cuya función es elevar el nivel de tensión, hasta 132, 220 o incluso 400 kV, antes de entregar la energía a la red de transporte. Las subestaciones eléctricas reductoras, reducen el nivel de tensión hasta valores que oscilan, habitualmente entre 13,2, 15, 20, 45 ó 66 kV y entregan la energía a la red de distribución. Posteriormente, los centros de transformación reducen losniveles de tensión hasta valores comerciales (baja tensión) aptos para el consumo doméstico e industrial, típicamente 400 V.
Además de transformadores, las subestaciones eléctricas están dotadas de elementos de maniobra (interruptores, seccionadores, etc. y protección fusibles, interruptores automáticos, etc. que desempeñan un papel fundamental en los procesos de mantenimiento y operación de las redesde distribución y transporte.
Hace poco más de veinte años, un predio en manos de Servicios Eléctricos del Gran Buenos Aires (SEGBA) se aprestaba a funcionar en un barrio de Ezpeleta, en el partido de Quilmes. Una extensión importante de casi un manzana que, con los años, se reversionó en una privatizada administrada por Edesur.
La historia que sigue, toma como antecedente esa subestaciónbautizada Sobral pero se desarrolla a unos pocos kilómetros, en Berazategui
Los vecinos declarando las experiencias de Edesur en Quilmes y señalaban que las ondas electromagnéticas que alimentan de energía al partido provocaron un centenar de enfermos con cáncer pero la empresa, que se respalda con estudios científicos de la Universidad Nacional de La Plata, no los reconoce.
En lasubestación Sobral, de Ezpeleta, sobre la calle Padre Bruzzone. se reunieron seis vecinas con dramas e historias de vida calcados. Gladys Solioz, por ejemplo, elaboró un mapa con las manzanas afectadas por la radiación; Angelica Boncosqui, que vive a pocos metros de la subestación, prestó su testimonio y contó que sufre cáncer desde hace nueve años. Margarita Rolli de Dietrich contó las intervencionesquirúrgicas que debió soportar tras saber que tenía cáncer. Y algo similar narraron Leonor Odonne y Yolanda González, que recorren médicos desde hace años por afecciones del mismo tipo. Detrás de ellas, un dato que sobresale: todas viven a metros de Sobral.
El desactualizado relevamiento de Gladys denuncia 140 personas fallecidas víctimas del cáncer. La empresa Edesur se desentendió de la situación yseñalaron que se trata de un estudio manual, de un sondeo casa por casa, que no tiene sustento científico.
Desde que los vecinos piden el traslado de la subestación, la empresa se ampara en estudios de la Universidad de La Plata para exculparse y decir que, esos casos de cáncer, no fueron provocados por las ondas que despide la instalación.
Otros Científicos o Doctores como es el caso de IsabelOviedo declaro que “estas instalaciones deberían estar situadas en sitios adecuados, bien alejados de las poblaciones, pero como ello implica más gastos, al final las empresas acaban instalando antenas y subestaciones encima de nuestras cabezas”. La doctora, quien lleva trabajando más de una década en la materia, advierte de que los humanos “no debemos estar expuestos
bajo ninguna circunstanciaa este tipo de radiaciones”. Aclara, además, que no sólo afectan a las personas que viven en el entorno sino también a la denominada población ocupacionalmente expuesta, que es la integrada por las personas que trabajan en la subestación.
Isabel Oviedo explica que las radiaciones no ionizantes son “contaminantes y constantemente están produciendo cargas electromagnéticas, las cuales son...
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