Equidad de genero

Como tendencia general, las jóvenes han estado ausentes de las políticas de
juventud y cuando las han considerado ha sido mayoritariamente en tanto
grupo social vulnerable o de riesgo, enparticular en el terreno de la sexualidad
y la prevención del embarazo adolescente y con un enfoque asistencialista.
De ninguna manera se está desconociendo la necesidad de atender esta problemática
perodebería inscribirse en el conjunto de procesos sociales construidos
por y a través de las interrelaciones entre hombres y mujeres, o sea, en la perspectiva
de género, ya que de esta forma se leentiende mejor y se le puede abordar de
manera mucho más efectiva.
Dado que es durante la infancia y adolescencia cuando varones y mujeres conforman
su identidad, a través de un complejo proceso deadscripción e identificación
con los modelos vigentes y dominantes en cada cultura, los estereotipos, con
su interpretación bipolar y jerárquica de las relaciones, terminan constituyéndose
enobstaculizadores y condicionantes de las formas de actuar, de los hábitos y de
los desempeños de varones y mujeres.
Así, tradicionalmente los jóvenes se han preparado para ejercer la tarea que
iba a resultarcentral en su vida adulta: el trabajo productivo y las jóvenes, para
la actividad que la sociedad les ha tenido reservada, el trabajo doméstico y la
reproducción. Es por eso que hasta que lassucesivas crisis económicas y sociales
impusieron la necesidad del aporte económico femenino, no se esperaba que las
jóvenes accedieran al empleo o, por lo menos, que permaneciesen en él una vez
que seconvertían en madres o en esposas.
Ambos proyectos han sido vistos con la misma “naturalidad”, es decir como
ineludibles y adecuados al punto que el carnet de pasaje a la vida adulta durante
siglosha sido para los varones el trabajo productivo y para las mujeres el casamiento
y la maternidad, o sea el trabajo reproductivo, sólo que el primer tipo de
proyecto ha llevado a la independencia...