Erendira

Erendira estaba bañando a su abuela cuando empezó el viento de la desgracia.La abuela desnuda y grande parecía una hermosa ballena blanca en la alberca de mármol.
-Anoche soñé que estaba esperandouna carta –dijo la abuela
Erendira, que nunca hablaba si no era por motivos ineludibles,pregunto:
-Que dia era en el sueño?
-Jueves
-entonses era una carta con malas noticias –dijo Erendira- perono llegara nunca.
Mientras la abuela navegaba por las ciénagas del pasado,Erendira se ocupo de barrer la casa, que era oscura y abirraga, con muebles freneticos alabastro y un piano con barniz yarañas de lagrimas y numerosos relojes de formas.
Aquel refugio incomprensible había sido construido por e marido de la abuela, un contrabandista legendario que se llamaba Amadis, con quien ella tuvo unhijo que también se llamaba Amadis, y que fue el padre de Erendira.Nadie conoció los orígenes ni los motivos de esa familia.La versión mas conocido es la lengua de indios era que amadis el padre habíarescatado a su hermosa mujer de un prostíbulo de las Antillas, donde mato a un hombre a cuchilladas y la traspuso para siempre en la impunidad de desierto.
Para dar cuerda y concentar a los relojesErendira necesitaba seis horas.El dia en que empezó su desgracia no tuvo que hacerlo, pues los relojes tenían cuerda hasta la mañana siguiente , pero en cambio tenia que bañar y sobrevestir a laabuela, fregar los pisos, cocinar el almuerzo y bruñir la cristalería.
La abuela se abuela se había sentado sola en el extremo de una mesa de banqueta con candelabros de plata y servicios para 12personas.Hizo sonar la campanilla y casi al instante acudió Erendira con la sopera humeante
-Erendira
Despertada de golpe, la niña dejo de caer la sopera en la alfombra
-No es nada, hija-le dijo la abuelacon una ternura cierta-.Te volviste a dormir caminando.
-Es la costumbre del cuerpo-se excuso Erendira
Recogio la sopera, todavía aturdida por el sueño. Y trato de limpiar la mancha de la...