Ergo (introducción al cuerpo instintivo)
He acometido un quiebre, he domado algunos flujos libidinales para corresponder a una pretendida coherencia de mi voluntad. Reconozco en ella una dialéctica confusa que sugiereposibilidades, una dialéctica de opuestos, de fuerzas contrarias o semejantes, pero la voluntad sólo alcanza su absoluta resolución en la convergencia de estas fuerzas en una sola meta. La voluntad espor lo tanto elección, dirección. Como un cuchillo arremetiendo contra las pulposas carnes de sosegados frutos, así ella se abre entre los escombros adornados de la fatua indecisión. Emboscando eluniverso, entre los elementos del mundo que reconoce como irreales, la posibilidad que proyecta en la acción consumada impera.
He decidido ante la desolada visión que me otorga el cuerpo. No importa quéhe decidido, o ¿acaso no encuentran sus pechos satisfacción cuando un individuo arrojado estima erróneamente los límites de sus fuerzas intentando apresar el mundo, abrazarlo para hablarle como a unniño, abrasarlo en una voz que se adjudica los voceríos del universo? La voluntad de lo imposible está mucho más lejos del delirio que las monocordes quejas de la impotencia.
De los monólogosinteriores, el más provechoso es aquél que se mueve entre los pliegues del mundo, atravesando sus mallas y sus elaboradas estructuras, meros fantasmas de la valía humana. El más intenso es aquél que...
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