EL VIEJO Y EL MAR Ernest Hemingway Ttulo original The Old Man and the Sea 1 Edicin Coleccin Dante Quincenal 1989 Produccin Editorial Dante, S. A. de C. V. Calle 59 5487, C. P. 97000 Mrida, Yucatn, Mxico Queda hecho el depsito que marca la ley. I. S. B. N. 9687232056 Diseo de portada Carlos Cmara Ruz, basado en fotografa de San Haskins IMPRESO EN MEXICO PRINTED IN MXICO Este libro fuedigitalizado para su distribucin gratuita y sin fines de lucro. Era un viejo que pescaba solo en un bote en el Gulf Stream y haca ochenta y cuatro das que no atrapaba un pez. En los primeros cuarenta das haba tenido consigo a un muchacho. Pero despus de cuarenta das sin haber pescado los padres del muchacho le haban dicho que el viejo estaba definitiva y rematadamente salado, lo cual era la peor forma dela mala suerte, y por orden de sus padres el muchacho haba salido en otro bote que cogi tres buenos peces la primera semana. Entristeca al muchacho ver al viejo regresar todos los das con su bote vaco, y siempre bajaba a ayudarle a cargar los rollos de sedal o el bichero y el arpn y la vela arrollada al mstil. La vela estaba remendada con sacos de harina y, arrollada, pareca una bandera enpermanente derrota. El viejo era flaco y desgarbado, con arrugas profundas en la parte posterior del cuello. Las pardas manchas del benigno cncer de la piel que el sol produce con sus reflejos en el mar tropical estaban en sus mejillas. Esas pecas corran por los lados de su cara hasta bastante abajo y sus manos tenan las hondas cicatrices que causa la manipulacin de las cuerdas cuando sujetan los grandespeces. Pero ninguna de estas cicatrices era reciente. Eran tan viejas como las erosiones de un rido desierto. Todo en l era viejo, salvo sus ojos y estos tenan el color mismo del mar y eran alegres e invictos. Santiago le dijo el muchacho trepando por la orilla desde donde quedaba varado el bote. Yo podra volver con usted. Hemos hecho algn dinero. El viejo haba enseado al muchacho a pescar y elmuchacho le tena cario. No dijo el viejo. Tu sales en un bote que tiene buena suerte. Sigue con ellos. Pero recuerde que una vez llevaba ochenta y siete das sin pescar nada y luego cogimos peces grandes todos los das durante tres semanas. Lo recuerdo dijo el viejo. Y yo s que no me dejaste porque hubieses perdido la esperanza. Fue pap quien me oblig. Soy al fin chiquillo y tengo que obedecerle. Los dijo el viejo. Es completamente normal. Pap no tiene mucha fe. No. Pero nosotros, s, verdad Si dijo el muchacho. Me permite brindarle una cerveza en la Terraza Luego llevaremos las cosas a casa. Por que no dijo el viejo. Entre pescadores. Se sentaron en la Terraza. Muchos de los pescadores se rean del viejo, pero el no se molestaba. Otros, entre los ms viejos, lo miraban y se ponan tristes. Perono lo manifestaban y se referan cortsmente a la corriente y a las hondonadas donde se haban tendido sus sedales, al continuo buen tiempo y a lo que haban visto. Los pescadores que aquel da haban tenido xito haban llegado y haban limpiado sus agujas y las llevaban tendidas sobre dos tablas, dos hombres tambalendose al extremo de cada tabla, a la pescadera, donde esperaban a que el camin del hielolas llevara al mercado, a La Habana. Los que haban pescado tiburones los haban llevado a la factora de tiburones, al otro lado de la ensenada, donde eran izados en aparejos de polea les sacaban los hgados, les cortaban las aletas y los desollaban y cortaban su carne en trozos para salarla. Cuando el viento soplaba del Este el hedor se extenda a travs del puerto, procedente de la fabrica detiburones pero hoy no se notaba ms que un dbil tufo porque el viento haba vuelto al Norte y luego haba dejado de soplar. Era agradable estar all, al sol en la Terraza. Santiago dijo el muchacho. Que dijo el viejo. Con el vaso en la mano pensaba en las cosas de haca muchos aos. Puedo ir a buscarle sardinas para maana No. Ve a jugar al bisbol. Todava puedo remar y Rogelio tirar la atarraya. Me gustara...
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