¿Es ético que las empresas a través del marketing impongan hábitos consumistas en una sociedad en vías de desarrollo?

Hoy, más que en cualquier otro momento de la historia, vemos cómo la economía domina casi todos los aspectos de nuestras vidas. Ella es la que define qué, cómo y cuánto se produce, se distribuye y secomercializa. Mide el desempeño de los gobiernos y nos señala cuáles de ellos son satisfactorios y cuales ineficientes. Incluso se entromete en nuestras decisiones personales para decirnos la clasede ropa que debemos usar, el cine y la televisión que debemos ver e incluso, en muchas ocasiones, lo que debemos pensar.

Para que la sociedad de consumo sea una realidad, es necesario el desarrollode todo un conjunto de estrategias de mercadeo y publicidad tendientes a la comercialización y posicionamiento del producto o servicio en la sicología del consumidor. Esta tarea, nada fácil, se lograconvenciendo a personas que tengan capacidad de compra de sus necesidades inaplazables que solo se satisfacen por medio del consumo.

Por eso mismo en los últimos años las empresas han cambiadomucho en cuanto al uso de la publicidad y se han visto en la necesidad de estar cada vez más informadas sobre los gustos y preferencias de los consumidores con el fin de poder alcanzar diversosobjetivos.

Sin embargo esta publicidad cada vez impone un hábito de consumo lo que trae consigo ventajas y desventajas:

Entre las desventajas que afectan al mercado y al mismo consumidor.

Un sistemabasado exclusivamente en el consumo presenta una serie de desventajas ya que no existe la mano invisible que regula el mercado, sino que con frecuencia presenta graves distorsiones e inequidadessociales que deben ser corregidas por el Estado a través de la regulación.

El libro Why People Buy Things They Don't Need (Por qué compramos cosas que no necesitamos) dice: "Al planear una compra, elconsumidor suele crearse elaboradas fantasías sobre la búsqueda del artículo y lo que sentirá cuando lo encuentre y lo posea". Según algunos entendidos, hay quienes llegan a sentir tal entusiasmo al...