¿ES LA SEGURIDAD JURÍDICA UN FIN MÁS LEGÍTIMO QUE LA JUSTICIA?

¿ES LA SEGURIDAD JURÍDICA UN FIN MÁS LEGÍTIMO QUE LA JUSTICIA?

Las concepciones de la justicia, de la libertad, de la igualdad, de la moralidad, etcétera, difieren de tal manera, según el punto de vista de los interesados que, si el derecho positivo no consagra alguna de entre ellas, toda regla de derecho puede ser justificada por una de las tantas concepciones positivas. (Hans Kelsen)
PorRoger Vilca
El sistema democrático que se propone e implementa desde el Estado, tiene, en las falencias de nuestro sistema oficial de justicia, sus baches más difíciles de franquear. El ciudadano común y corriente (vamos a decirlo así, con las disculpas del caso) desconfía de este sistema (democrático) cuando, ante todo, uno de sus más importantes servicios (si no el único), la justicia, nofunciona o funciona pésimamente. Así las cosas, mientras la institución más conocida y vapuleada de nuestro sistema de justicia, el aparato judicial, siga viviendo al margen de lo que espera la sociedad civil, vanos serán (como vanos han sido) los esfuerzos por legitimar, con eficacia, el sistema democrático al que oficialmente está adscrito. Lastimosamente pues desconfianza en el sistema democráticoviene a significar desconfianza en su sistema de justicia y viceversa, ni más ni menos[1]. Hasta aquí, cosas harto sabidas y dichas.
Entre las muchas paradojas que encrucijan a nuestro país, sorprende por ejemplo (bueno, ya no debería sorprender), pero sorprende, digo, que estando acostumbrados a echarnos al hombro una dictadura cada que aparece un carismático caudillo (outsider en el argotelectoral), sigamos insistiendo en utilizar instituciones jurídicas que casi nunca han funcionado para volver a implementar y reconstruir un sistema democrático. Llama la atención que en un país donde las instituciones del sistema estatal de justicia son las que más han decepcionado por su rendimiento, siga éste viviendo con esas instituciones que, en suma, constituyen las aristas de su sistemajurídico. Sorprende ver con cuanta prisa las personas se animan a entablar una demanda ante el poder judicial cuando ven perjudicados sus intereses, muy a pesar de ser una de las instituciones con menos credibilidad ciudadana. De hechos como éstos que uno se pregunte qué es lo que justifica realmente la existencia y persistencia del derecho a través de sus instituciones.
Creemos tener la respuesta.Nosotros consideramos que los sistemas jurídicos, mal o bien hechos, efectivos o no, existen y son posibles porque las personas, muy al margen de las distintas e incluso contrapuestas ideas que tienen respecto del derecho (de eso que las gentes de la calle piensan que es o debería ser el derecho), en el fondo, muy en el fondo por si acaso, creen sinceramente que tiene algo intrínseca y éticamentevalioso[2]. No exageramos. La valía de ese algo moralmente bueno puede explicarse de la siguiente manera: cuando el poder que da la política a las instituciones (y a los hombres) se ejerce con arreglo a normas establecidas con anterioridad y conocidas por todos, las personas sujetas a ese régimen político tienen la capacidad de pronosticar su ejercicio y, desde luego, la oportunidad de advertir lasconsecuencias que sus actos pueden provocar dentro de la comunidad. Ahora bien, ese pronóstico es posible siempre y cuando (léase nuevamente, siempre y cuando) se den, a nuestro criterio, dos condiciones necesarias (aunque, ojo, no suficientes): primero, que haya reglas de juego claras, lo que supone, entre otras cosas, normas públicas, estables, irretroactivas, no contradictorias, etc.; y segundo,que quienes estén llamados a aplicarlas lo hagan con firmeza y coherencia. Y son precisamente estas condiciones lo que un sistema jurídico, sea cual fuese su contenido, ofrece a las personas en varia medida con su sola vigencia, y que con más finura los operadores jurídicos llaman seguridad jurídica. Es decir, la certeza de que frente a una acción le seguirá una determinada consecuencia.
Toda...