Esas cosas
De repente, con un movimiento brusco y fugaz la fina sabana que lecubría desaparece hacia el lado izquierdo. Ahí está Ella. No puede evitar sonreír cariñosamente ante esa manía suya de adueñarse de la ropa de cama ante el más mínimo atisbo de debilidad. No hay nadaque hacer. Resignado y tras unos minutos de profunda vagueza, decide levantarse de la cama y ponerse en marcha. Camina hacia la cocina, está hambriento y necesita su café matinal. Prepara unastostadas, doradas, como a Él le gustan. Mientras desayuna, observa la cocina en silencio, es consciente de que de no ser por Ella y por su irremediable manía de limpieza y orden, esa misma cocina presentaríaun aspecto muy distinto, aunque no demasiado desastroso. Una vez más sonríe.
De repente, con un movimiento brusco y fugaz la fina sabana que le cubría desaparece hacia el lado izquierdo. Ahí estáElla. No puede evitar sonreír cariñosamente ante esa manía suya de adueñarse de la ropa de cama ante el más mínimo atisbo de debilidad. No hay nada que hacer. Resignado y tras unos minutos de profundavagueza, decide levantarse de la cama y ponerse en marcha. Camina hacia la cocina, está hambriento y necesita su café matinal. Prepara unas tostadas, doradas, como a Él le gustan. Mientras desayuna,observa la cocina en silencio, es consciente de que de no ser por Ella y por su irremediable manía de limpieza y orden, esa misma cocina presentaría un aspecto muy distinto, aunque no demasiadodesastroso. Una vez más sonríe.
En la ducha, el agua fría lo ayuda a despertarse del todo. Nunca le ha gustado demasiado que acaparen su espacio, pero sin embargo, allí está la prueba de que algo ha...
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