ESCANER LECTURA CRITICA
EL MATONEO Y LA VIDA SOCIAL
Es interesante descubrir que en la cotidianeidad cuando se habla de matoneo muy pocas personas conocen el término, pero sí identifican fácilmente el problema al instante que se les explica de qué se trata o | se les coloca ejemplos. Para la gran mayoría de las personas el problema ha existidosiempre, lo que pasa es que en esta época se hace más visible. ¿Por qué? Porque las conductas de acoso sistemático han aumentado y son probablemente más agresivas.
Como la mayoría de personas que conozco, he transitado en la vida escolar desde mi niñez, en ella j he obtenido un sinnúmero de experiencias que podría denominar en su mayoría como satisfactorias. No obstante, como estudiante niño,adolescente y joven presencié y viví en diversas ocasiones formas de relaciones entre estudiantes que catalogaría como no horizontales e injustas, en últimas, estas formas de relación se j presentaron de forma violenta.
Por la coyuntura de la vida en la escuela me era difícil explicar dichas acciones, lo que sí entendía ! era que para sobrevivir en un espacio como el escolar era necesarioposicionarme, identificarme y aliarme. Desde los primeros años de vida en el colegio las personas (maestros y compañeros) podrían definirme como un buen estudiante, más bien tímido y un poco callado, mi contextura física siempre fue delgada y hasta bien I avanzada la adolescencia mi estatura no era la superior; en otras palabras, era una víctima del matoneo en potencia. En algunas ocasiones experimenté encarne propia el asedio de un compañero de grado más avanzado acostumbrado a molestar e intimidar a otros, por lo general, más pequeños. No obstante, sin saberlo, yó poseía dos herramientas que me ayudaron a salirme del rol de víctima; la primera era la habilidad para los deportes. De alguna manera logré ubicarme como uno de los mejores deportistas de los cursos en los que transité, y por lo tanto,crearon una visión positiva de mi cuerpo (pues los deportes son una forma de expresión y articulación de aspectos como la defensa, el ataque, la confianza y el cooperativismo). La segunda herramienta fue y ha sido mi hermano menor. Por aquel entonces yo cursaba cuarto grado, mi victimario era de quinto y mi hermano de primero. En ese preciso instante mi hermano se encontraba en la edad donde la!imitación y la pregunta eran vivas en su desenvolvimiento diario en el mundo, por mi parte yo era el encargado directo (desde casa) de velar por su seguridad y bienestar en el nuevo espacio para él, el escolar. Práctica-mente todo lo que él veía de mí lo imitaba, hasta podía darme el lujo de tener un nuevo grupo de amigos de primer grado gracias a la labor de publicidad de mi hermano; por lo tanto,el buen ejemplo era fundamental, todo indicaba que mis acciones o la omisión de ellas tendrían un efecto directo sobre él y su posicionamiento. frente a sus pares y superiores.
El acoso de mi victimario se realizaba a la hora del descanso, consistía en palabras ofensivas, empujones y burlas, lo recuerdo máximo en dos ocasiones. Las permití porque lo asimilé como otra forma de relación entreestudiantes, como algo normal que seguramente no duraría y porque sería poco inteligente intentar enfrentarse a un compañero mucho más alto, sin embargo, al presentarse por tercera ocasión y bajo los mismos parámetros de abuso mi reacción no fue permisiva ni conciliadora, yo también agredí. La razón fue simple, sospeché que mi hermano estaría observándome. Al sentir el empujón que me hizo caer al suelo,me envolvió una rabia por la humillación sufrida frente a los ávidos ojos de mi hermano. Al levantarme lo hice transformado, mi rostro tímido se mudó en furia y de mi boca de niño salieron expresiones grotescas que como mínimo hubiesen tenido unas notas negativas en el observador del alumno. Después de los insultos verbales me ubiqué en posición de pelea dispuesto más que a dar, a recibir la...
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