Escarabajo amarillo (cuentos cortos)
En el verano del ’96, Él, Max y yo pensamos que sería buena idea emprender un viaje al norte. No solo pensamos que era una buena idea sino que era más bien una necesidad, ycuando digo necesidad no me refiero a la sensación de carencia o escasez de lo impredecible para sobrevivir pero tal vez si para vivir, para un buen vivir, salir de la ciudad, despejarse, el aire puro,la gente pura, la carretera pura, la vida pura. Mi profesora de lenguaje siempre decía: “el mar hay que verlo por lo menos una vez al año para tener una mente sana”, a esa necesidad me refiero, lanecesidad de tener una mente sana.
Tras días de planificación decidimos ir en un plan de “no plan”, pero si con un objetivo, la meta, que después de no mucho pensar ya que la decisión no es muy difícilfijamos como meta el Valle de la Luna. Decidimos ir en el auto de Él, un Volkswagen Escarabajo 411, se trataba de un modelo de color rojo de 2 puertas, con un motor de 1.679cc similar al 410 en cuantoa concepto pero de diseño totalmente nuevo del que derivaría otro modelo mas potente, el 412 con un motor de 1.795cc del que se comercializó una versión con inyección electrónica. Los dos fueron unfracaso y la producción se acabó en 1974 con solo 400.000 unidades fabricadas. En ese vehículo habíamos vivido muchas aventuras los tres, y ese fue el motivo de nuestra decisión, una aventura mas.Antes de arrancar, revisamos nuestras provisiones, hongos, ron y hierba. Porque al fin y al cabo ¿que sería de un viaje a San Pedro sin estos tres elementos? Nosotros no éramos un grupo de drogadictosni viciosos, todo lo contrario, éramos un grupo de estudiantes, que después de largas semanas de trabajo para costear nuestras vacaciones nos queríamos dar un lujo, o un lujito como diría Él. Bueno, enrealidad puede ser que Él sí haya sido un poco drogadicto y vicioso…pero yo soy de los que piensan que uno puede ser varias cosas antónimas a la vez. Como por ejemplo profesional e incompetente o...
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