Escribir la soledad

ESCRIBIR LA SOLEDAD

Sobre la cuentística de Adriano González León






Adriano González León (Valera, 1931-Caracas, 2008) es considerado por muchos uno de nuestros narradores más importantes no sólo por la calidad de sus obras, sino porque, con la publicación de su libro de cuentos Las hogueras más altas (1957), marca un hito en la narrativa venezolana. Su mérito, indudablemente,viene dado sobre todo por dos razones: por un lado, la interiorización del mundo en los personajes principales, es decir, el centrar la trama en los conflictos internos de los protagonistas; por el otro, una poetización de la realidad (ya sea exterior o interior) provocada por un lenguaje elaborado que genera un doble efecto: una gran belleza en la descripción de las acciones y un mayor impacto en ellector.
Ya a partir de 1945, la literatura venezolana se había ido por nuevos caminos, en oposición a una literatura centrada fundamentalmente en la naturaleza, en lo telúrico: Rómulo Gallegos, Mariano Picón Salas, Arturo Uslar Pietri, por nombrar algunos. Esta es la misma época en que surgen los grupos literarios como Contrapunto y, posteriormente, Sardio, Tabla redonda, El techo de la ballena yCrítica contemporánea, entre otros.
Es en El techo de la ballena (que actúa entre los años 1950 y 1964), donde ubicamos a nuestro autor quien, junto a otros, adopta la modalidad de establecer retos y plantear interrogantes, sin dar soluciones a los conflictos. De esta forma nuestros escritores se unen a los de más allá de las fronteras para gritar la situación del hombre frente a una realidad(más bien interiorizada) que lo punza a cada momento, que lo abruma y lo presenta como un solitario ante el mundo, consecuencia lógica de la postguerra.
Aun cuando en Las hogueras más altas no trata el tema del hombre de ciudad, enajenado y solitario, como lo hará poco después Salvador Garmendia, ya Adriano González León aborda el tema del hombre contra el mundo, enmarcado en un ambiente rural. Larealidad, ahíta de poesía, causa un mayor efecto en el lector. La realidad anonada o desespera, mas siempre se erigirá en la contraparte.
En 1967 aparecerá su segundo libro de cuentos, titulado Hombre que daba sed. En él volvemos a toparnos con una ambientación rural, con la excepción del texto "Madán Clotilde", cuyas acciones transcurren en Caracas.
En este libro, persiste el autor en jugar conla alternancia de planos temporales y en el uso de las cursivas que introducen una voz o un plano; también podemos verificar el regodeo en un lenguaje poético utilizado con precisión, sobre todo a la hora de rematar los cuentos. La temática, igualmente, es la misma: los protagonistas se hunden —psicológica y a veces físicamente— en una realidad amenazante.
En 1988 publicará Linaje de árboles.Aquí el tema y el lenguaje poético son los mismos de sus libros anteriores. No obstante, al momento de estructurar sus relatos, nos encontramos con nuevas técnicas. El autor no se contenta con la alternancia de los planos, y esa "marcada tendencia a hacer predominar el monólogo interior" que es llevada a su máxima expresión, según señala Armando Navarro en su Narradores venezolanos de la nuevageneración (1970), Los textos están construidos sobre la base de trazos de la memoria de los personajes. Una narración en tercera persona que, a ratos, se confunde con la primera, nos presenta nuevos estremecimientos frente a una realidad que —ahora sí— es fundamentalmente urbana (sobre todo en las tres primeras partes del libro).

La experiencia de vida deviene relato

"Publicar un libro es comodejar trozos de uno"... comienza diciendo González León en una entrevista que le hiciera Esdras Parra para la Revista Imagen (1967). Esta misma primera frase apunta al tan trillado tema del artista que crea a partir de sus vivencias. No caeremos aquí en la discusión de si lo que se crea tiene que ver con la vida de su autor o es mera ficción. Simplemente nos haremos eco de la palabra del...