Escrito Modelo Oralista

EL MODELO ORALISTA
Adriana Blandón Restrepo

Antes del congreso de Milán, durante el siglo XVIII se habían definido en Europa dos tendencias diferentes para la educación de los sordos. La primera tendenciaera presentada por Abad Michel de L`Epée; esta defendía la lengua de señas y la preparación intelectual del alumno para la vida, propuesta conocida como el método francés.
La segunda tendenciarepresentada por Samuel Heinikeplanteaba que el objetivo de la escuela de sordos era fundamentalmente enseñar el habla, de modo que el alumno pudiera integrarse a la sociedad oyente que le enseñaría lo necesario, más conocido como el método alemán.
Las dos tendencias contaban tanto con opositores como con quien las apoyaba, sin embargo la mayor parte de los sordos, según autores como Desloges(1779), Berthier (1840), y Kruse (1992), defendían el método francés. Se decía que los maestros que usaban el método alemán tenían pocos logros en la enseñanza, y a sus alumnos les implicaba el sufrimiento a lo largo de los años escolares.
Tal postura esdefendida en el primer libro publicado por un sordo:“Observaciones de un sordomudo al Curso elemental de educación para los sordo­mudos”, porPierre Desloges, 1779, donde se replica el libro escrito por Deschamps, 1779,“Curso elemental de educación para los sordo-mudos”;este último condenaba el uso de la lengua de señas en la educación de los sordos, y su escritor, partidario de  que  la educación  de los sordosfuera basada exclusivamente en enseñar la lengua hablada y escrita, reconocía que sus métodos de enseñanza eran muy duros, tanto parael alumno como para el maestro, aunque con el tiempo se obtenían los resultados.
“Nuestras lecciones no están acompañadas por el placer: lejos de ello, ellas parecen representar un grado intenso de aburrimiento y disgusto, no son saludables[…] A estas afirmaciones debe añadirse el desagrado inherente que necesariamente implica este tipo de instrucción […] La mutua impaciencia del maestro y susdiscípulos ante la ausencia deprogreso observada tras repetidos esfuerzos, tras la mayor atención, tras la mejor voluntad […] Es imposible dar una idea de la paciencia requerida al comienzo de esta instrucción”
(Deschamps 1779).
La respuesta ante ello es:“Vamos a hablar francamente: “leer los labios” o “adivinar lo que dicen los labios” es de utilidad más aparente que genuina para los sordos. Sabemos queel Sr. Pereira (Jacob Rodriguez Pereira) trabaja en hacer hablar a sus alumnos. El tiene, ciertamente, toda la paciencia y el talento requeridos para lograrlo, pero tenemos que admitir que incluso los más aventajados entre sus alumnos, todavía hablan muy pobremente. Su pronunciación es ruidosa, lenta, descoordinada, y resuena en los oídos debido al evidente esfuerzo que les cuesta producirla.
[…](esto no) es culpa de los maestros. Ellos hacen todo lo humanamente posible. Pero la voz sólo puede ser correctamente dirigida por el oído y ninguna otra guía puede reemplazarlo de manera adecuada. De este modo, los sordos mejor educados utilizan muy poco el habla. Conozco y he visto muchas veces al alumno que ha representado el mayor honor para el Sr. Pereira (Saboureux de Fontenay). Este Jovenes muy instruido, con un gran conocimiento en una variedad de temas, y es especialmente versado en lenguas. El mismo coincide conmigo en todo lo que acabo de afirmar, y quiere conversar únicamente a través de la escritura. Generalmente, todos los demás sordos expresan la misma repugnancia a hablar. Mientras más instruidos son, mejor aprecian lo inadecuado de su habla.” (Desloges 1779).
Los mayoresdefensores entonces del método alemán eran los oyentes, quienes eran el grupo mayoritario y consideraban la lengua de señas un atentado contra la moral. (Foucault, 1978.)
Para la segunda mitad del siglo XIX, la enseñanza del habla cobró mayor fuerza y empezó a ser el método más popular en las escuelas de sordos europeas, sin embargo en Estados Unidos se continuaba prefiriendo el uso de la...