Escrito
11 de enero de 2010 a la(s) 22:02
Cansada de la rutina que se aglutina tras el cristal. Cansada de no saber el cómo ni el cuándo de las idas y vueltas de este espiral.Con los parpados cansados y la necesidad de ver que me impulsa a no cerrarlos, me siento al borde de la cama y siento el abismo del día a día bajo mis pies. La tensión en mis hombros es testigo de unamala noche, apoyo las palmas de las manos sobre el colchón y arqueo la espalda intentando enderezarme, la mirada se pierde en el techo, es blanco y lejano como los sueños recién soñados, no se dejaalcanzar, extiendo uno de mis brazos y la distancia parece acrecentarse. Es entonces cuando enredo mi pelo improvisando una madeja de rulos dorados que se desenredan, afirmo mis pies al suelo y dejo quelevanten vuelo aquellos sueños que se dejaron soñar, veo como despliegan sus voces a modo de alas y se alejan, revolotean por toda la casa mientras bato el café de la mañana, los oigo chocarse contralas ventanas, contra los ojos de las cerraduras, algunos, los más pequeños quedaron atascados en mi pelo y se impacientan por salir, los otros, los de mayor tamaño siguen intentando traspasar loscristales. Me siento, tomo el control que le da vida a esa olvidada melodía, rodeo la taza con mis dos manos y me dejo envolver por el aroma del café recién hecho, mientras vigilo el cielo por la únicaventana que sigue abierta, ellos siguen golpeándose, todavía no la descubrieron
“Jugaban a mentirse”
El juego terminó sin previo aviso. Con una pregunta puntual, cómo es que acaban todas lasmentiras. Sus ojos se desnudaron sin quererlo y sin saber porqué temblaban, cómo peces asustados, sin poder apartarse de los de ella.
Ella buscaba los motivos, entre pestañeos, chocándose con susmiedos. Los ojos de él se habían convertido en espejos de su pasado. Sólo quería decirle que no corra, que sabía quién era y que no había problemas con eso. Pero el miedo era tal que transformaba en...
Regístrate para leer el documento completo.