Escuchando Nuestro Lenguaje Dado Que Nuestras Actitudes Y Conductas Fluyen De Nuestros Paradigmas
Una vez me preguntó un estudiante: «¿Me da permiso para faltar a clase? Tengo que viajar con el equipode tenis». — ¿Tienes que ir, o has elegido ir? —le pregunté. —Realmente, tengo que hacerlo —exclamó. — ¿Qué ocurrirá si no lo haces? —Me sacarían del equi po. — ¿Te gustaría eso? —Claro que no. —En otras palabras, tú eliges ir porque así te lo ordena la consecuencia de seguir en el equipo. ¿Qué sucederá si te pierdes mi clase? —No lo sé. —Piensa. ¿Cuáles crees que serían las consecuencias naturalesde que faltaras a clase? — ¿Usted no va a echarme, no es así? —Ésa sería una consecuencia social. Sería artificial. Si tú no acompañas al equipo de tenis, no juegas. Eso es natural. Pero si no asistes a clase, ¿cuál sería la consecuencia natural? —Supongo que no aprenderé. —Exacto. De modo que tienes que sopesar esa consecuencia y la otra consecuencia, y elegir. Sé que si yo estuviera en tu caso,optaría por ir con el equipo. Pero no digas nunca que tienes que hacer algo. —Entonces elijo irme con el equipo —respondió humildemente. — ¿Y mi clase? —objeté a mi vez, con burlona incredulidad.
Un serio problema del lenguaje reactivo es que se convierte en una profecía de autocumplimiento. Refuerza el paradigma de que es tamos determinados y genera pruebas en apoyo de es a creencia. La gente sesiente cada vez más impotente y privada de su autocontrol, alejada de su vida y de su destino. Culpa a fuerzas externas —a otras personas, a las circunstancias, incluso a los astros— de su propia situación. En un seminario en el que yo hablaba sobre el concepto de proactividad, un hombre dijo: «Stephen, me gusta lo que dice. Pero las situaciones difieren entre sí. Por ejemplo, mi matrimonio.Estoy realmente preocupado. A mi esposa y a mí ya no nos unen los antiguos sentimientos. Supongo que ya no la amo, y que ella ya no me ama a mí. ¿Qué puedo hacer?».
— ¿Ya no sienten nada uno por el otro? —pregunté. —Así es. Y tenemos tres hijos, que realmente nos preocupan. ¿Usted qué sugiere? —Ámela —le contesté. —Pero le digo que ese sentimiento ya no existe entre nosotros. —Ámela. —No me entiende.El amor ha desaparecido. —Entonces ámela. Si el sentimiento ha desaparecido, ésa es una buena razón para amarla. —Pero, ¿cómo amar cuando uno no ama? —Amar, querido amigo, es un verbo. El amor —el sentimiento— es el fruto de amar, el verbo. De modo que ámela. Sírvala. Sacrifíquese por ella. Escúchela. Comparta sus sentimientos. Apréciela. Apóyela. ¿Está dispuesto a hacerlo?
En la gran literaturade todas las sociedades progresistas, se habla de amar, del verbo. Las personas reactivas hablan del sentimiento. Ellas se mueven por sentimientos. Hollywood, por lo general, nos convence de que no somos responsables, de que somos un producto de nuestros sentimientos. Pero los guiones de Hollywood no des criben la realidad. Si nuestros sentimientos controlan nuestras acciones, ello se debe a que...
Regístrate para leer el documento completo.