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Felipe IV
Nació en Madrid en 1578, del último matrimonio de Felipe II. Tenía veinte años cuando subió al trono, pero sólo muy superficialmente había sido iniciado en el conocimiento de los asuntos públicos, para los que demostró escasa afición. Fue un hombre inteligente, piadoso y bien intencionado, pero de carácter blando, sin voluntad y nada aficionado a una labor sostenida;completamente opuesto al genio dominante y a la aplicación incansable de su padre. Su mujer, Margarita de Austria, murió en 1611, y no contrajo segundas nupcias. No fue inclinado a devaneos amorosos; la caza y el juego absorbieron mucho de su tiempo. Felipe II previó que su hijo sería el juguete de los ambiciosos que le rodeaban; en efecto, con él comenzó la época de los validos. Los reyes, agobiados detrabajo, necesitaban auxiliares, secretarios o ministros que les ayudaran a despachar los asuntos, pero mientras su padre y su abuelo los habían mantenido en una situación subalterna, Felipe III permitió a Francisco de Sandoval y Rojas, luego duque de Lerma, ejercer una autoridad omnímoda, de la que se aprovechó para amasar inmensas riquezas. El duque a su vez tuvo otro favorito tan inmoral y codiciosocomo él, Rodrigo Calderón. En los últimos años del reinado, Lerma fue suplantado por su hijo, el duque de Uceda, en el favor de Felipe III. La inmoralidad y corrupción que prevalecían en las alturas fueron de pésimo ejemplo para toda la sociedad española. Felipe III y su primer ministro se dieron cuenta del agotamiento de Castilla y del cansancio de la opinión pública por la política belicosa quese había seguido durante el s. XVI. Una serie de circunstancias favorecieron sus designios de paz: murió la reina Isabel de Inglaterra (1603) y se entablaron relaciones cordiales con su sucesor, Jacobo I Estuardo. El asesinato de Enrique IV de Francia también disipó las amenazas que pudieran venir de allá, y la amistad con la regente María de Médicis quedó sellada con el doble matrimonio de LuisXIII con una infanta española y del príncipe de Asturias, futuro Felipe IV, con Isabel de Borbón. Más difícil era la situación en Flandes; aunque Felipe II había concedido aquellos territorios a su hija Isabel Clara y su marido el archiduque Alberto, sólo podían mantenerse con el apoyo de las tropas españolas. La guerra seguía encarnizada, no sólo en tierra sino en el mar; la toma de Ostende porAmbrosio de Spínola no había resuelto nada. Lerma, tras vencer los escrúpulos religiosos del rey, concertó con los neerlandeses una tregua de doce años (1609) que fue interpretada en todas partes como una confesión de impotencia del coloso español. En Italia, el pacifismo gubernamental chocaba con la tradición anterior, encarnada en tres grandes personalidades: el duque de Osuna, virrey de Nápoles,el marqués de Villafranca, gobernador de Milán, y Alonso de la Cueva, embajador en Venecia. A estos tres se atribuyó, falsamente, la "conjuración de Venecia", que se suponía dirigida a destruir esta república, enemiga, como también el duque de Saboya, del predominio español. Las intenciones pacíficas de Felipe III no podían llegar hasta permitir la ruina del catolicismo y de la casa de Austria enCentroeuropa; por eso, al estallar la guerra de los Treinta años (1618), auxilió al emperador, su primo, con dinero y tropas. La actitud reservada de Felipe III en política exterior tenía como causa el mal estado de la hacienda; pero los despilfarros del favorito anularon los ahorros realizados en el esfuerzo bélico. Para no crear nuevos impuestos se manipuló con la moneda de cobre, duplicando suvalor nominal. Las remesas de plata de las Indias se mantenían muy altas; a pesar de ello, en este reinado se manifestaron ya los síntomas de una grave y larga depresión económica, a la que no fue ajena la epidemia que devastó Castilla en los primeros años del reinado. También influyó en la depresión la expulsión de los moriscos (1609), decidida tanto por motivos religiosos como de seguridad...