Escuela y contexto social
Desafortunadamente en algunos casos se diría el hecho de entregar a los hijos a la escuela forma parte de una ceremonia de renuncia o abandono que lleva a la despreocupación y a la inhibición de las familias. En nuestros tiempos encontramos muy común la renuncia por parte de los padres a la educación y socialización de sus hijos, a ser losprincipales actores en intervenir para plantar en ellos los principales valoresy hábitos personales, dejando esa tarea a la Educación Preescolar. De cualquier forma que sea los padres de familia y los educadores comparten el compromiso de educar a los niños y este hecho reclama el indudable conocimiento mutuo, así como el complemento de las acciones por ambas partes.
Las familias pues, tienen elderecho a interesarse por el proceso educativo que siguen sus hijos en nuestras escuelas y a participar en él. Es más en los sistemas escolares democráticos, la intervención de los agentes sociales en la educación escolar y, en concreto, de las familias, además de un derecho se considera también un deber.El que una madre de familia aguarde minutos después de que todos los niños se han ido y que laeducadora ya se ha desocupado, es una manifestación de interés por parte de la madre hacia la educación de su hijo, y está haciendo cumplir su derecho y ejerciendo un deber, que el educador también tiene el deber de aguardar unos momentos y darle a conocer a la madre de familia las condiciones en que se está llevando el desarrollo de su hijo, y si hace falta un poco de más apoyo de la madre. En estecaso es muy optimista pensar que el niño en cuestión tendrá una muy buena educación puesto que hay cierto logro al haber una comunicación entre el docente y la madre de familia.
Los maestros, directores y supervisores que participan en el proyecto, deberían encontrar caminos, prácticas o conocimientos que lo hagan posible. Para ello se propone, en primer, lugar revisar ciertas culturas ycreencias, como requisito para alcanzar lo que pretendemos. En segundo considerar que se puede participar en diversos grados o niveles y que ninguno de ellos es desdeñable. Y tercero, analizar otros beneficios de la participación del padre, no solo para el mejor desarrollo del proyecto, sino para el mejor funcionamiento de toda la escuela en general.
A menudo las opiniones que tenemos al respecto ala participación de los padres son justificadas.Lo que algunos todavía no logramos entender es que no se trata de que “cada uno actué en su terreno”, el padre de familia en casa y el docente en la escuela, sin que exista una previa vinculación, e incluso el niño puede presentarse confuso ya que pueden existir variantes, como lo que un padre o un docente consideren apropiado decirle al niño a suedad, la manera en que le hablan, los métodos de enseñanza, entre otros. Múltiples evidencias nos demuestran que se puede colaborar satisfactoriamente con ellas si se saben negociar las finalidades, los roles de cada una de las partes y los límites.
Los padres, sin duda, son capaces, de hacer otras cosas por sus hijos, más allá de apoyar la justa reivindicación, ayudar, económicamente o estar...
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