Escuela y sociedad
J. Martín-Barbero
Lo que propone este texto puede entenderse mejor mediante una metáfora: la de un juego que le permita a nuestra des-ubicada Escuela comunicarse con su Ciudad. De hecho, así se llama una investigación/acción realizada por un equipo de investigadoras de la universidad ITESO de Guadalajara (México) y al que acompañé en su últimotramo: Lotería Urbana: un juego para pensar la ciudad. Esto es un juego para pensar, compartir y disfrutar la ciudad. Fue ese proyecto, aunque no vinculado únicamente al sector escolar, el que me puso a mí personalmente a imaginar por primera vez unas verdaderas relaciones escuela/ciudad. Se trata de que la escuela aprenda a jugar con la ciudad. Es decir, a salirse de sus bien demarcados yasegurados predios, y a entrar a la cancha grande donde juegan los ciudadanos de a pie. Pero, ¿cómo poner a jugar a una escuela convertida como está en un institución tan seria y ascéticamente trabajadora? Una escuela cuyas tareas son todas muy disciplinadas y disciplinariamente racionales, y tan cartesianamente nítidas que permiten distinguir con claridad los espacios del que sabe y del que aprende, delque manda y del que obedece, así como quién es el que evalúa al aprendiz y cuándo y cómo. Y eso es todo lo contrario de lo que ocurre en el juego: si uno juega con alguien -sin trampas, claro- Jos dos «se la juegan» con las mismas cartas, en el mismo terreno, con unas mismas reglas y condiciones. Como ha dicho F. Savater, «a cuerpo limpio y cara a cara», lo que implica la más completareciprocidad, esto es, cualquiera puede ganar y perder. En el juego con la ciudad no es la escuela la que evalúa y juzga, pues la única evaluación posible de un juego es la que hace el público, la sociedad, juzgando quién jugó bien o mal, honesta o tramposamente. No es extraño que mí propuesta desconcierte a las directivas escolares y a las autoridades políticas: son demasiados riesgos para quienes estánacostumbrados a no hacer nada sin planear/controlar todo y asegurándose el ganador final. Y, sin embargo, no hay de otra: o la escuela se sale de su estrecha cancha y se arriesga en el laberinto urbano o le va a quedar imposible comunicar con la ciudad.
Lo que sigue no es un texto-receta o un manual, sino solamente algunos fragmentos de una reflexión a medio construir, como un puzzle para niñosgrandes, o sea, aquellos a los que crecer no les impide seguir haciéndose continuamente preguntas.
¿Desde dónde mirar/pensar la ciudad hoy?
La ciudad no es sólo un entorno que ambienta el quehacer y el hacerse del hombre, sino que es -aun en el degradado medio ambiente de las ciudades de hoy- su mundo más suyo (R.Sennet). Y seguir añorando nostálgicamente el tiempo de una ciudad sin deterioro ycaos no sólo es escapar por una gatera metafísica a los desafíos de la historia, sino impedirnos asumir activamente los materiales de los que está hecha -y con los que re-construir-la ciudad de hoy: sus territorialidades y su desespacialización, sus miedos y sus narrativas, sus trayectos a pie y en bus,
en taxi o en automóvil privado, sus centros y su marginalidades, sus tiempos diurnos ynocturnos, sus mapas y sus calendarios: a medio hacer entre las fiestas barriales y los festivales globales, entre las plazas de mercado y los centros comerciales, entre la estética audiovisual o electrónica, y las oralidades culturales.
La primera manera como la ciudad se deja pensar hoy es como narración Lo que va a implicar hacer memoria de aquellas narrativas del origen judeo-cristiano, que nosdes-cubren el nacimiento de la primera ciudad atribuyéndoselo a la desobediencia y la rebeldía de Caín, y a la Babel i de una maldición que,a lo largo de los siglos, parece haber seguido amenazando a la ciudad con ruina y deterioro progresivos. La descentralización de lo sagrado normalización hicieron posible que la ciudad se liberara del marcaje que la ligó durante tanto tiempo exclusivamente...
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