Esp Ritu Libre
ella había creado, donde era la protagonista y simplemente era feliz. Una fría noche del mes
de Julio, Ana, reunió el valor suficiente para abandonar su hogar y así, por fin vivir en libertad.
Sus padres esa misma noche harían una fiesta y como se rehusaron a que Ana estuviera en ella, decidió que sería la noche perfecta para escapar.
Eran las 11:30 pm y la fiesta estaba (no sé que adjetivo poner) , sus padres no estaban
totalmente cuerdos, pues el licor había afectado sus sentidos, Ana, aprovechó el momento y
finalmente saltó por la ventana de su habitación, dejando atrás su amarga vida; caminó durante largas horas hasta llegar a las afueras de la ciudad, a lo lejos divisó un gran árbol frondoso y
decidió ir hasta allá para descansar; tenía frío, sueño y hambre, pero como no llevaba consigo
más que su pesado cuerpo se apoyó en el árbol, y ahí se quedó dormida.
Cuando despertó sentía que alguien la observaba, eso la hacía sentir muy incómoda, pues todo
contacto humano que tuvo, había sido desagradable. Ana se levantó del suelo y siguió caminando durante otro largo rato, se alimentaba de plantas e insectos que se encontraba en el
camino, dormía bajo árboles, se lavaba en los arroyos y además, seguía con la sensación de
ser vigilada.
Llevaba muchos días fuera de casa y realmente era mucho más feliz; una tarde se levantó
agitada, y además no podía abrir los ojos... cuando al fin lo logró se llevó un gran susto, frente a ella había una joven que aparentaba tener su misma edad, tenía unos grandes ojos grises, un
cabello largo y cobrizo, unos labios ceñidos con un rojo natural, las mejillas coloradas y su
mirada penetrante estaba puesta sobre Ana, la miraba con detenimiento, detallando cada
gesto, cada movimiento... Ana estaba muy asustada, así que intentó levantarse y salir corriendo, pero sus torpes pies no le permitieron mantenerse erguida, la Joven se fue
acercando, mientras Ana se arrastraba para alejarse de ella, sin embargo no lo consiguió pues
la detuvo el gran árbol que cuidaba de su sueño, la joven la alcanzó y se sentó en frente,
observaba a Ana, que con lágrimas en los ojos le gritó, ¡Aléjate!. La joven con cara de
asombro retrocedió un poco, sin embargo no dejaba de mirarla, Ana se encogió de hombros y se puso a llorar; ella se acercaba cada vez más, cuando estuvo a menos de un metro
pronunció con una dulce voz, No te preocupes, no te haré daño. Ana levantó la cabeza
bruscamente y quedó sorprendida, la joven le tendió la mano y de nuevo con una voz muy
calmada rompió la tensión entre ellas, Me llamo Ámbar. Ana quedó petrificada, con una mirada llena de furia empezó a llorar, y pronunciaba para ella misma versos incomprensibles.
Ámbar, sólo la miraba apacible desde una distancia prudente, esperó durante un tiempo
indefinido, no se sabe si fueron horas, días, segundos, minutos, pero ahí seguía ella,
esperando con paciencia a que Ana se calmara y por lo menos la mirara… Al fin, Ana levantó la cabeza con una lentitud aterradora, sin embargo no la mirada, sus ojos estaban puestos en
sus manos puestas sobre su regazo, y con una voz algo entrecortada pronunció con dificultad
una corta y directa frase,¿qué quieres?. Ámbar simplemente sonrió y le dijo,pronto te darás
cuenta. Sonia estaba muy confundida, no sabía qué hacer, estaba muy enojada y angustiada
pero ambas estaban sentadas bajo uno de los árboles más frondosos de aquel bosque, no sabía porqué se encontraba sentada en frente de aquella joven , pero extrañamente no le tenía
miedo, al contrario, se sentía a salvo, protegida. Se quedaron ahí sentadas durante unos
minutos, hasta que Ana abrió lentamente su boca para dejar escapar algunas palabras…
Siento una conexión, me das paz y tranquilidad. Ámbar sonrió y a esas palabras, ...
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