España del siglo XV
En el proceso de gestación de lo que se ha dado en llamar Estado Moderno, que convivía y se apoyaba en el de la acumulación y reproducción del capitalismo mercantil, dos aspectos fueron cobrando creciente importancia para el mantenimiento de una política cada vez más ambiciosa, de un aparato administrativocada vez mayor y de unos territorios cada vez más extensos: la caracterización política de los servidores de la monarquía y la Real Hacienda. En relación con el primero de ellos, durante el reinado de los Reyes Católicos y a lo largo del siglo XVI, en diversos ámbitos de la administración castellana se fue incrementando el número y las funciones de los burócratas, y se reglamentó con más prolijidadsu trabajo. Debido a la evolución de la sociedad y en línea con lo ya expresado arriba, los cargos de la administración, tradicionalmente ocupados por miembros de la nobleza, fueron cada vez más cubiertos por elementos
procedentes de la clase media y de los juristas, como sucedió por ejemplo con órganos como el Consejo de Castilla. Sin embargo, a pesar de estos cambios, en el crecienteejército de servidores del Estado no hicieron sino reproducirse los problemas de lo que ha venido considerándose como venalidad y laxitud que ya estaban extendidos en el aparato administrativo y sobre los que se harán algunas precisiones en este trabajo. Contra dichos problemas no dejaron de levantarse importantes voces ya en el siglo XV exigiendo la aplicación de principios, en el nombramiento yfiscalización de los puestos de la administración, que condujesen a la existencia de servidores más capacitados y dedicados a sus funciones.
Otro de los pilares básicos sobre el que hubo de asentarse la nueva estructura del poder y el funcionamiento del Estado fue, naturalmente, la Real Hacienda, sustento de la política imperial. Para transformarla en un órgano más acorde con las necesidades de la nuevasituación, comenzó a ser retocada ya por los Reyes Católicos en l476, pero fue el propio Carlos V quien procedió a su más importante reorganización con la creación del Consejo de Hacienda. Naturalmente, en la gestión de las finanzas reales también adquiría relevancia cuanto se ha dicho acerca de los oficiales o servidores del rey. En relación con ellos, el interés de este trabajo no está enresaltar los casos de lo que se puede considerar venalidad en cuanto que violación de las normas, aunque en ocasiones se mencionen. Lo que se pretende, por una parte, es distinguir lo que era corrupción de lo que era política de la monarquía y, de otro lado, apreciar las consecuencias económicas y políticas de ambas prácticas para un correcto funcionamiento del estado en términos de sus propios...
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