España
del eclecticismo hacia el racionalismo
Javier García Mosteiro
Entre 1900 y una fecha que podemos precisar en torno
arquitectos del momento explicitaron una voluntad de
a 1925 la arquitectura española siguió una compleja
remisión a la arquitectura de lo·s tiempos de gloria del
trayectoria que, dilatando la pauta convencional con
imperio perdido. Cabeponderar así el reviva/ neoplate·
que separamos los siglos, solapó los epígonos del
resco y el encumbramiento de l as arquitecturas repre·
eclecticismo decimonónico con el germen de lo que
sentativas del Renacimiento español, que se yerguen
sentimos como arquitectura del siglo XX. Fue heredera
como reconocibles símbolos de un pretérito esplendor:
del desconcierto y la duda quecaracterizaron las últi·
entre éstas, el más limpio paradigma fue la torre plate·
mas décadas del siglo anterior; pero también, junto a
resca del palacio salmantino de· Monterrey, la arquitec·
las innovadoras corrientes de la cultura y las nuevas
tura que una personalidad como Unamuno ensalzara y
técnicas y materiales constructivos, no dejó de mostrar
caracterizara como señaeterna de españolidad, y que
vivas ansias de cambio, constituyendo - con todas sus
sería origen de toda una serie de inequívocos revivals
contradicciones- el crisol del que surgió un renovado
-el llamado estilo Monterrey-, que poblarían sintomá·
concepto de la arquitectura.
ticamente la geografía española y aun excederían sus
Bordeando el cuarto de siglo se detecta la consoli·fronteras.
dación de un nuevo ambiente que zanjó el legado del
Con el Pabellón de España de la Exposición de París
XIX, liquidación que no distinguiría entre las estériles
de 1900, obra de )osé Urioste, se data la presentación
prolongaciones del eclecticismo y las líneas que ence·
internacional del Neoplateresco; el éxito que cosechó
rraban el embrión de una nueva conciencia:afectaría
en este certamen - cuyos organizadores, conviene
por igual a los arquitectos de pastiches y revivals que a
recordarlo, habían solicitado a cada país que eligieran
los que, por el contrario, habían apuntado con nuevas
el estilo más representativo de su arquitectura. nacio·
vías de futuro. Nombres como los de Anasagasti, Pala·
nal- impulsó la prolongada andadura deeste estilo.
cios, Flórez Urdapilleta, López Otero... indicativos de la
Pero sería simplificar mucho las cosas el atribuir una
rica diversidad del momento, y que ahora sabemos de
exclusiva relación de causa y efecto: con todo lo que el
capital importancia en la arquitectura española del
desastre del 98 pudo abonar el resurgimiento de una
XX. fueron historiográficamente relegados,cuan-
arquitectura ~nacional" no hay que olvidar que análo·
siglo
do no dados a un injusto olvido.
gos procesos se daban en otros países de Europa y
La complejidad de este panorama, aunque plena·
que, por otro lado, ya se habían producido, co1n ante·
mente inscrito en el marco de la cultura europea del
rioridad al 98, arquitecturas que miraban ese estilo.
momento,presenta en España caracteres específicos
Cabe, entonces, entender esta tendencia como un últi·
que, aun contemplando la dispersión de tendencias,
mo reviva/ a añadir a la larga serie ensayada en el XIX:
configuran una clara personalidad. Históricamente vie·
la arquitectura nacional -y su natural extensión: la
ne a coincidir con el reinado de Alfonso XIII: desde que,
regional- ,como heredera de la cuestión de fondo que,
en 1902, acaba la regencia de su madre, la Reina María
en toda Europa, se había establecido tiempo atrás: el
Cristina de Habsburgo, hasta los años d!e la definitiva
vacío de estilo,. la consciencia incómoda de no poder
decadencia de la Monarquía y el advenimiento del nue·
contar con un modo de hacer propio y adecuado a la
'f'O...
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