español
Cárcel de Alajuela,25 de enero, 1967.
Me dice usted que ya se lo habían contado. Bueno, es cierto que no sé leer ni escribir. Pero alguna persona tiene que dar a conocer estas penas que le he de ir contando a usted yque irán aliando poco a poco. De cosas como un libro no he sabido nunca nada. Pero sé muy bien hablar y hablar de todo lo que he vi vivido y siempre lo hago con este tono de penar en mis palabras. Enverdad toda mi vida ha sido como esatristeza que se adivina en los ojos de un grupo degollinas cuando tienen hambre y está lloviendo y desde hace muchos días han estado esperando que pase ese llover yllover.Mil veces yo he contado esta historia. Es que no sé cuántas veces! Recuerdo que son muchas, y casi ahora la vuelvo a repetir de memoria como si fueran mil letras escritas enano de esosperiódicos de la capital. Pero nadie antes me ha solicitado que le cuente la historia para dejarla entre las páginas de un libro lleno con todo lo que son mis penas y donde hombres muy sabidos, mujeresbonitas y personas humildes como yo, puedan llegar a saber lo que es la forma de vivir en un lugar donde no hay más que un mar por la derecha; un trozo de mar por allá al frente, mar aquí, a este lado, y unrío verde, largo, grande y ancho todo lleno de mar. Y nosotros metidos en esta isla donde además de los hombres solamente existe la tierra con sal, y piedras, tantas como para hacer bueno lo que esun camino maluco en mi pueblo y a todos los pueblos de mi provincia. Es la historia de los hombres que hemos pasado muchos años llenos de soledad. Donde cada día tuve que pasarlo más lleno de...
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