Española clásica
Y es que, cuando califico esta película de «nueva» o «diferente», me refiero, funda-mentalmente, a la importancia del contexto donde ésta ha visto la luz. Ignorando este hecho, estaríamos ante un filme exquisito, meti-culosamente cuidado y realizado con innegable habilidad, pero carente de esa chispa quelo convierte en esencial, en necesario. Nos encontraríamos ante una película que enlaza con naturalidad una dualidad existencial que hace coexistir dos mundos, dos planos dimensionales, sin provocar en ningún momento sensación de extrañamiento en el espectador, logrando absorberle en una vorágine de empatía, provocada no sólo por el hipnótico efecto de sus personajes sino también por la inevitablefascinación de los sentidos, en una fusión casi carnal con la belleza de los planos. Pero, volviendo a esa razón de ser que coloca este filme en la historia de nuestro cine, hay que decir que estamos también y por encima de todo, ante el retrato fiel y desgarrador de la realidad de la posguerra en España, centrada en el enfrentamiento entre un militar franquista y sus némesis, los maquis,refugiados en los mágicos bosques de un indeterminado lugar del norte. Bosques que también acogen a un sinnúmero de criaturas invisibles para el ojo humano simple, criaturas salidas de los sueños y los cuentos, protagonistas de esa otra cara de la película que, aunque parece darle sentido y caracterizarla, acaba por resultar una circunstancia más, una cualidad que no resta ni desvía un ápice de atenciónde la línea principal de su argumento. Es esa capacidad de engarzar a la perfección dos películas en una, dos naturalezas complejas en simbiosis única, lo que convierte esta obra en una película orgánica, una criatura que destila rasgos autorales en cada plano, en cada línea de diálogo. Porque, por encima de todo, identificamos siempre el ánima de su responsable, el cariño que rebosa hacia susprotagonistas, la atención que pone a esos detalles que sólo se descubren con un segundo visionado.
De hecho, gracias a esa cuidada fusión de tramas y a la resurrección de una fantasía atemporal pero cotidiana (que vive en las mentes de todos, porque todos hemos sido alguna vez niños) el director logra lo que muchas otras películas han intentado sin éxito: conducir a la audiencia a unviaje auténtico por los entresijos de una lucha que no acabó con la guerra, un submundo de locura, torturas, sufrimientos que muchas veces se intuye pero que no siempre se sabe retratar sin caer en el exceso. Del Toro, como hábil narrador, utiliza la colisión de su laberinto fantástico, extremo en su armonía, perfecto incluso en su crueldad, con la nada edulcorada narración de lo que pasó después dela guerra oficial, sin suavizar lo que normalmente no se muestra, sin mirar con compasión o comprensión aquello que resulta innegable. Lo contrario de las dos realidades, no siempre opuestas, pero por encima de todo paralelas, eleva a la categoría de terrorífico lo que podría haber pasado por documental aproximado, consiguiendo un efecto devastador en el ánimo del público sensible. Perfección y...
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