españoles en América (Presta)
Para asegurar que los bienes adquiridos permanecieran en el linaje, la elite eligió la figura del mayorazgo. Aunque la leycastellana otorgaba a los nacidos de legítimo matrimonio iguales derechos de herencia, muchas familias se ampararon en los espacios que dejaba la ley y favorecieron a uno de ellos. De esta manera, losque habían acumulado un patrimonio considerable y temían que se licuara en una generación al distribuirse entre los numerosos herederos legítimos, concentraban tierras y derechos en uno de los hijos,el mayor varón; beneficiado por el azar biológico, se le permitía disponer de los frutos y las rentas aunque no del bien mismo.
El status superior se cerraba en torno a altos funcionarios virreinalesy del clero. La corte virreinal y las sedes de las Audiencias vieron proliferar entre sus habitantes a hombres de leyes. Consejeros, secretarios, oidores, procuradores, fiscales, abogados, oficialesde la Real Hacienda, rápidamente se vincularon con la elite de beneméritos y propietarios por lazos matrimoniales.
Los altos dignatarios religiosos arribaron con los conquistadores y conforme a losespacios de ejercicio abiertos por los centros urbanos, obispos y arzobispos se hicieron cargo de la dirección de las provincias eclesiásticas, residiendo en las ciudades capitales en catedrales ybasílicas que mostraban el esplendor de las economías regionales.
Desde el advenimiento de la primera generación de criollos, los peninsulares motivaron la vocación religiosa de alguno de sus hijos....
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