Espa Ol
Es la obra más afamada del autor, considerada una fábula de intención moralista, aunque la mayoría de los estudiosos plantean otra visión. La crítica a la mentira es la intención dominante, pero no puede catalogarse como un texto didáctico ni moralizante.[]
@§ Acto tercero
(Sale CAMINO con un papel, dalo a LUCRECIA.)
CAMI.
Éste me dio para ti
Tristán, de quien donGarcía
con justa causa confía,
lo mismo que tú de mí.
Que aunque su dicha es tan corta,
que sirve, es muy bien nacido;
y de suerte ha encarecido,
lo que tu respuesta importa:
que jura que don García
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está loco.
LUCRE.
Cosa extraña:
¿es posible que me engaña,
quien desta suerte porfía?
el más firme enamorado
se cansa, si no es querido,
¿y éste puede serfingido,
tan constante y desdeñado?
CAMI.
Yo al menos, si en las señales
se conoce el corazón,
ciertos juraré que son,
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por las que he visto, sus males.
Que quien tu calle pasea
tan constante noche y día,
quien tu espesa celosía
tan atento brujulea.
Quien ve que de tu balcón,
cuando él viene te retiras,
y ni te ve, ni le miras,
y está firme en tu afición.
Quien llora,quien desespera,
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quien porque contigo estoy,
me da dineros, que es hoy
la señal más verdadera.
Yo me afirmo en que decir
que miente, es gran desatino.
LUCRE.
Bien se echa de ver, Camino,
que no le has visto mentir.
Pluguiera a Dios, fuera cierto
su amor, que a decir verdad,
no tarde en mi voluntad
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hallaran sus ansias puerto.
Que sus encarecimientos,
aunque no los hecreído,
por lo menos han podido
despertar mis pensamientos.
Que dado que es necedad
dar crédito al mentiroso,
como el mentir no es forzoso,
y puede decir verdad.
oblígame la esperanza,
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y el propio amor a creer,
que conmigo puede hacer
en sus costumbres mudanza.
Y así por guardar mi honor,
si me engaña lisonjero,
y si es su amor verdadero
porque es digno de mi amor;quiero andar tan advertida
a los bienes y a los daños,
que ni admita sus engaños,
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ni sus verdades despida.
CAMI.
De ese parecer estoy.
LUCRE.
Pues dirásle, que cruel
rompí, sin vello, el papel,
que esta respuesta le doy.
Y luego tú, de tu aljaba
le di, que no desespere;
y que si verme quisiere,
vaya esta tarde a la otava
de la Madalena.
CAMI. Voy.
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LUCRE.
Mi esperanza fundo en ti.
CAMI.
No se perderá por mí,
pues ves que Camino soy.
(Vanse, y salen DON BELTRÁN, DON GARCÍA y TRISTÁN. DON BELTRÁN saca una carta abierta, dala a DON GARCÍA.)
D. BEL.
¿Habéis escrito, García?
D. GAR.
Esta noche escribiré.
D. BEL.
Pues abierta os la daré,
porque leyendo la mía,
conforme a mi parecer
a vuestro suegro escribáis;
que determino que vais
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vos enpersona a traer
vuestra esposa, que es razón:
porque pudiendo traella
vos mismo, enviar por ella,
fuera poca estimación.
D. GAR.
Es verdad, mas sin efeto
será agora mi jornada.
D. BEL.
¿Por qué?
D. GAR.
Porque está preñada;
y hasta que un dichoso nieto
te dé, no es bien arriesgar
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su persona en el camino.
D. BEL.
Jesús, fuera desatino,
estando así, caminar,
Masdime, ¿cómo hasta aquí
no me lo has dicho, García?
D. GAR.
Porque yo no lo sabía;
y en la que ayer recebí
de doña Sancha, me dice
que es cierto el preñado ya.
D. BEL.
Si un nieto varón me da,
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hará mi vejez felice.
Muestra, que añadir es bien
(Tómale la carta que le había dado.)
cuánto con esto me alegro;
mas di, ¿cuál es de tu suegro
el propio...
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