Espacialidades silenciosas de la guerra
Páginas: 7 (1570 palabras)
Publicado: 9 de marzo de 2010
ESPECIALIDADES “SILENCIOSAS” DE LA GUERRA
“Parece haber llegado el momento en que el conocimiento deja de ser
el dominio exclusivo del poder para convertirse en un medio común
a través del cual las sociedades se organizan, cambian, se adaptan.
De aquí en adelante corresponde a los investigadores sociales ajustarnos
a esa nueva situación o corremos el riesgo de convertirnos
enuna comunidad marginal”
Jose Joaquim Brunner Ried.
El mapa- o cualquier otra representación grafica de un espacio- ha tenido un papel importante en la orientación de hombres y mujeres en territorios desconocidos. Ahora bien, aunque esto constituye algun valor cuando se hacen exploraciones, viajes, guerras, planeaciones, no necesariamente opera igual para territorios que se suponen conocidosen sus formas exteriores, pero que ignoran otras formas de concepción de lo espacial que se alojan en los imaginarios de quienes lo habitan.
Estos son los debates que circundan el mundo de las cartografias y sus funcionalidades. De un lado se encuentran aquellos que tienen que ver con su limitado papel, en clave de ilustrar con literalidad nociones sesgadas de los territorios, en tantodispositivos de poder - control sobre la población; y de otro, esos que llaman la atención frente a la necesidad de pro-mover la exteriorización de otras voces en relación con los espacios y los procesos sociales que en ellos se producen; esto es, de la urgencia de brindar reconocimiento a las ideas que sujetos invisibilizados tienen sobre estos mismos espacios.
Si se quiere, hacemos alusión al proyectode legitimar estas ideas, o quizas meras nociones, sobre los lugares y sus historias, con el objeto de posibilitarles alternativas para que hagan re-lecturas de sentimientos encontrados y de temores, propiciando con esto puntos de encuentro entre objetos de análisis- la guerra, el conflicto, las espacialidades-, sus teóricos, y los campos de producción de conocimiento en los que se desplazan.De acuerdo con lo anterior, y siguiendo algunos de los presupuestos de Brunner (1993:8) y otros científicos sociales, es preciso que las comunidades académicas abandonen sus distancias en relación con todo aquello que objetivan y se aproximen a las comunidades afectadas por sus producciones discursivas. Hacemos referencia a la necesidad de posibilitar formas de exteriorización de esas otrasmaneras de concepción de los espacios, de forma tal que puedan sustentar la re-creación de narrativas, de dolores, de recuerdos, en definitiva, si se quiere, de catarsis. Con lo descrito se pretende sino lograr el reconocimiento de esas espacialidades subjetivas, por lo menos aportar en la construcción de nuevos escenarios para la re-presentación de estas acepciones espaciales.
En medio de estaspre-tensiones, resulta impostergable la siguiente pregunta: ¿Qué tipo de cartografías pueden emerger del reconocimiento de diversas formas subjetivas de exteriorizar otras espacialidades de la guerra?
La apuesta pues, va mucho más allá del reto teórico; supera el espacio de la enunciación y la preocupación por estos procesos y llega al punto de generar rupturas, nuevas epistemologías, nuevaslógicas de pensamiento y por ende de lenguaje. Al respecto Elsa Blair Trujillo (2004:12) plantea que:
“Ante la necesidad de construir nuevas categorías analíticas para aprehender fenómenos sociales que parecen desbordar las herramientas existentes, los analistas ¿no estamos obligados a “escuchar esas voces” que desde otros lugares se pronuncian sobre el espacio? ¿Por qué no romper los paradigmasexplicativos asociados a la territorialidad (de la guerra), para hacer una búsqueda que se insunúa más fecunda, incluso si ella supone desafiar nuestros esquemas de pensamiento?”
En el marco de tales consideraciones se pretende con esta investigación abrir esos caminos desde discursos tan diversos como el artístico, el filosófico, el antropológico, el sociológico, el geográfico, brindando...
“Parece haber llegado el momento en que el conocimiento deja de ser
el dominio exclusivo del poder para convertirse en un medio común
a través del cual las sociedades se organizan, cambian, se adaptan.
De aquí en adelante corresponde a los investigadores sociales ajustarnos
a esa nueva situación o corremos el riesgo de convertirnos
enuna comunidad marginal”
Jose Joaquim Brunner Ried.
El mapa- o cualquier otra representación grafica de un espacio- ha tenido un papel importante en la orientación de hombres y mujeres en territorios desconocidos. Ahora bien, aunque esto constituye algun valor cuando se hacen exploraciones, viajes, guerras, planeaciones, no necesariamente opera igual para territorios que se suponen conocidosen sus formas exteriores, pero que ignoran otras formas de concepción de lo espacial que se alojan en los imaginarios de quienes lo habitan.
Estos son los debates que circundan el mundo de las cartografias y sus funcionalidades. De un lado se encuentran aquellos que tienen que ver con su limitado papel, en clave de ilustrar con literalidad nociones sesgadas de los territorios, en tantodispositivos de poder - control sobre la población; y de otro, esos que llaman la atención frente a la necesidad de pro-mover la exteriorización de otras voces en relación con los espacios y los procesos sociales que en ellos se producen; esto es, de la urgencia de brindar reconocimiento a las ideas que sujetos invisibilizados tienen sobre estos mismos espacios.
Si se quiere, hacemos alusión al proyectode legitimar estas ideas, o quizas meras nociones, sobre los lugares y sus historias, con el objeto de posibilitarles alternativas para que hagan re-lecturas de sentimientos encontrados y de temores, propiciando con esto puntos de encuentro entre objetos de análisis- la guerra, el conflicto, las espacialidades-, sus teóricos, y los campos de producción de conocimiento en los que se desplazan.De acuerdo con lo anterior, y siguiendo algunos de los presupuestos de Brunner (1993:8) y otros científicos sociales, es preciso que las comunidades académicas abandonen sus distancias en relación con todo aquello que objetivan y se aproximen a las comunidades afectadas por sus producciones discursivas. Hacemos referencia a la necesidad de posibilitar formas de exteriorización de esas otrasmaneras de concepción de los espacios, de forma tal que puedan sustentar la re-creación de narrativas, de dolores, de recuerdos, en definitiva, si se quiere, de catarsis. Con lo descrito se pretende sino lograr el reconocimiento de esas espacialidades subjetivas, por lo menos aportar en la construcción de nuevos escenarios para la re-presentación de estas acepciones espaciales.
En medio de estaspre-tensiones, resulta impostergable la siguiente pregunta: ¿Qué tipo de cartografías pueden emerger del reconocimiento de diversas formas subjetivas de exteriorizar otras espacialidades de la guerra?
La apuesta pues, va mucho más allá del reto teórico; supera el espacio de la enunciación y la preocupación por estos procesos y llega al punto de generar rupturas, nuevas epistemologías, nuevaslógicas de pensamiento y por ende de lenguaje. Al respecto Elsa Blair Trujillo (2004:12) plantea que:
“Ante la necesidad de construir nuevas categorías analíticas para aprehender fenómenos sociales que parecen desbordar las herramientas existentes, los analistas ¿no estamos obligados a “escuchar esas voces” que desde otros lugares se pronuncian sobre el espacio? ¿Por qué no romper los paradigmasexplicativos asociados a la territorialidad (de la guerra), para hacer una búsqueda que se insunúa más fecunda, incluso si ella supone desafiar nuestros esquemas de pensamiento?”
En el marco de tales consideraciones se pretende con esta investigación abrir esos caminos desde discursos tan diversos como el artístico, el filosófico, el antropológico, el sociológico, el geográfico, brindando...
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