Espacio público, crítica y desacralización en el siglo XVIII

Espacio público, crítica y desacralización en el siglo XVIII

Los libros, ¿hacen revoluciones? se pregunta Roger Chartier al inicio de este capítulo y basa su respuesta en lo que Toqueville, Taine y Monet decían: la lectura tiene un gran poder de persuasión, es capaz de transformar por completo a los lectores según como los textos lo quieran. En este siglo hay cada vez un mayor número delectores y nuevas formas de pensar propuestas por los textos filosóficos. Las nuevas ideas conquistaron los espíritus, modelaron las formas de ser, los franceses del siglo XVIII lograron hacer una revolución gracias a que antes habían sido transformados por los libros, que criticaban la tradición y minaban el poder de las autoridades. No es tanto que haya incrementado el número de alfabetizados (29 al47% en los hombres y 14 al 27% en las mujeres) sino que hubo se imprimieron más libros. En el transcurso del siglo incrementaron en gran medida el porcentaje de propietarios de libros y la importancia de las bibliotecas que se tuvieran. Aumentó la importancia de las colecciones: las bibliotecas de la burguesía a finales del siglo XVII contaban con 1-20 volúmenes mientras en el siglo XVIII van de 20a 100 volúmenes. Las bibliotecas eclesiásticas pasaron de tener de 20 a 50 volúmenes en el siglo XVII a tener de 100 a 300 volúmenes en el XVIII y las bibliotecas de los nobles de 1-20 volúmenes a más de 300 en el siglo XVIII. Aunque en el campo el material impreso llevado por los comerciantes seguía siendo muy pobre en la ciudad el mercado de libros se amplió en gran medida: más lectoresreclamaban más textos. Para satisfacer la demanda de la gente que a menudo rebasar sus posibilidades, los nuevos negocios permitieron leer sin comprar. Surgen los salones de lectura en 1760 al igual que los negocios que alquilan libros. Están en alquiler gacetas y diarios cuya suscripción era muy cara, grandes obras de consulta como diccionarios, enciclopedias, etc. y las novedades literarias yfilosóficas. Louis-Sébastien Mercier en su obra Tableau de Paris dice que hay obras con un altísimo nivel de demanda por lo que el librero se ve obligado a fragmentar el volumen en tres partes para poder así satisfacer las exigencias de todos los lectores, en esos casos no se paga por día sino por hora. Se desarrolla un “hambre de lectura” que afecta a toda la población, incluso a los más pobres. Pero elcambio más importante que se registró en esta época fue la disminución de la demanda de libros religiosos. Mientras que las obras religiosas, de cualquier tipo, constituían en el siglo XVII más de la mitad de la producción, en 1750 llegaban a una cuarta parte y en 1780 a una décima, mientras se duplicaba el porcentaje de libros de ciencias y artes. Por otra parte circulaban en gran medida los librosconocidos como “filosóficos” que eran impresos por sociedades tipográficas instaladas fuera del reino, en Suiza o los principados alemanes y eran introducidos de manera clandestina en Francia. Incluyen tres repertorios: el primero las obras estrictamente filosóficas o sea que hacen crítica de la moral, la política, las creencias y las autoridades; el segundo, la literatura pornográfica y porúltimo conjuntos de sátiras, libelos y crónicas escandalosas que denuncian el abuso y la corrupción por parte de las autoridades. El riesgo para aquel que los almacenara o los distribuyera era muy alto de ahí el precio tan elevado de los ‘malos libros’, como los conocía la policía, que llegan a casi el doble del precio normal. Cerca de dos terceras partes de los libros habían sido impresos de formaclandestina, al amparo de una autoridad secreta. Robert Darnton decía que la mayor parte de los libros publicados en Francia durante el siglo XVIII habían sido impresos fuera del reino.
Existían dos grupos de libros: por un lado, los libros filosóficos o prohibidos y por el otro los libros plagiados (según la definición de la Enciclopedia eran libros “impresos por alguien que no tiene el...