Espada sangrante

Espada sangrante

La luna iluminaba como equivalente plateado del Sol. Un lobo aullaba, nota que expresaba melancolía y nostalgia para Cid Robez, que descansaba sobre una silla mirando por la ventana de su habitación, contemplando la belleza de un cielo estrellado a medianoche. Le agradaba tener unos momentos libres durante la noche en su bellísimo castillo real, luego de una larga jornada enbatallas y tareas diplomáticas. Su floreciente tierra castellana se veía amenazada por una ardua guerra contra los moros desde hace más de cien años. Como guerrero especial de la corte del rey, debía defender su tierra con todo lo que tenía, sacrificando cuerpo y alma, si era necesario. Él se mostraba, como todo buen guerrero, dispuesto a ganar su honor y el de su nación (en especial él, que eraconsiderado “el más valiente y honrado guerrero que haya pisado estas tierras”). Valiente, hábil y fuerte era el Cid, cuyo honor espléndido e impecable era. Todos en el glorioso territorio español respetaban y confiaban en Cid Alejandro Robez de Saor cuya astucia y perseverancia le ganaron a Robez el título de Cid.
De repente, un estallido de puertas interrumpió la tranquilidad del pensativoguerrero. Su fiel ayudante, Ronaldo Soro de Mots venía con noticias para él.
-Señor- le exclamaba Soro al Cid,- disculpe mis molestias a su tiempo de tranquilidad, pero debo informarle unas terribles noticias: su familia ha sido secuestrada y llevada a temible tierra enemiga, donde dicen que serán cautivos hasta ceder los territorios usurpados.-
El Cid quedó en estado de asombro abismal pues nuncaimaginó que un golpe tan bajo le podían haber dado. Amaba a su familia tanto como amaba al Señor y nunca se perdonaría una tragedia semejante a la pérdida de la misma. Aunque tan terrible noticia se le fue dada ese día, el Cid reaccionó de forma mesurada ya que generalmente era muy tranquilo y enfrentaba a los problemas de forma calma y extremadamente seria.
-Semejante noticia- dijo el Cid- mecayó como una espada filosa en mi alma, mi fiel amigo. Usted sabe que mis sentimientos hacia mi familia siempre fueron mi talón de Aquiles en este cuerpo que denota fortaleza y prudencia. Prepare la caballería Soro, iremos a Soria. Estoy seguro que están allí ya que se encuentra en esa provincia uno de los centros moros más importantes, y los dueños de las tierras que logré usurpar. Colóquele lasherraduras a mi fiel equino Manolo y alcánceme la espada.-
El Cid y su ayudante la caballería prepararon y, con su fiel mesnada a su lado, cabalgaron por un largo camino de tierra y fango hasta entrar en la desolada estepa, escenario que demostraba los sentimientos de soledad y angustia que el Cid sentía muy profundo enterrado en su alma.
Duro y dificultoso sería el viaje que Cid Robeztendría que soportar junto a su caballería, pues, además del calor infernal que reinaba en esos desiertos territorios, la inseguridad y preocupación acechaban los sentimientos del Cid. Era la primera vez en su vida que tenía esos sentimientos. ¡Oh, maldito sea el imprudente y malicioso enemigo que tuvo la astucia de meterse con el amor del Cid hacia su familia! Sin embargo no contaban con superseverancia, ya que él pretendía usar su preocupación y desdicha como propulsor para completar su propósito y así poder derrotar esos focos enemigos en esa provincia. Él haría todo lo que fuere necesario para que su familia este bien aunque signifique pagar con su vida.
-Se esta volviendo tarde.- dijo el Cid Robez a toda su mesnada.- será mejor que acampemos y mañana seguiremos viaje. Planeo estar allípara mañana al atardecer así que levantaremos campamento mañana a la mañana. Por ahora descansen caballeros.-
Inmediatamente después de dictar su orden, el Cid y sus caballeros comenzaron a preparar el campamento para pasar la noche. Atardecía, y el ambiente tenía un tinte naranja característico del color que tiene una puesta de sol. El campamento ya estaba preparado y todos estaban charlando...