Espada y Katana
Sir Thomas y Sir Lewis eran experimentados caballeros y desde muy jóvenes juraron proteger el pequeño poblado de Kingsgate que se encontraba en la costa sur de Inglaterra, abrazada constantemente por el tranquilo mar que custodia. Los caballeros atravesaron dicho mar junto a una pequeña tripulación que comandaban e instalaron un pequeño campamento en la costa a la que arribaron.Se encontraban al sur de Inglaterra y pensaban quedarse bastante tiempo ahí para dedicarse a explorar tierras desconocidas y quizá, encontrar valiosos recursos.
Mientras la tripulación se quedaba en el campamento, los caballeros recorrieron la costa, hacia el este por casi un día completo. Luego, medio día más adentrándose en el continente, descubriendo bosques que estaban extrañamente cerca delmar. Sir Lewis montaba con una mano sujetando las riendas y con a otra, su casco que abrazaba y llevaba pegado a sus costillas. Sir Thomas en tanto, iba un metro más adelante tomando firmemente las ataduras de su corcel con ambas manos. Se encontraban casi dos días de distancia del campamento y no contaban con los elementos para pasar otra noche de forma segura, por lo que comenzaban a bajar elritmo para conversar y decidir qué hacer.
Decidieron volver, sin embargo, Sir Thomas avanza un par de metros para dar una última mirada al paisaje, de altos árboles pero con troncos bastante delgados. Un último suspiro y una mirada a todo su alrededor finalizaba su recorrido. Pero antes de que pudiera tirar las riendas para que el caballo que montaba diera media vuelta, sintió un agudo silbido queen menos de un segundo se convirtió en un fuerte zumbido y que terminó en un ahogado grito de Sir Lewis. Una flecha de más de un metro, con plumas en la cola y de un material extraño, una especie de madera tubular y al parecer, dividida, se clavó en plena frente de Sir Lewis, quién se desplomó por el costado del caballo a pesar de las amarras que poseía, quizá por el gran peso de su armadura. Al nodivisar a ningún enemigo, Sir Thomas se alejó por el camino que recorrió con su compañero hasta el punto de apenas poder divisar su cadáver. Se detuvo y desenvainó su espada, forjada con el acero de la de su padre, la cual fue fabricada fundiendo la de su propio padre, y así sucesivamente.
Desde allí, solo veía al caballo de Sir Lewis extrañamente tranquilo, y su cuerpo, tendido en el suelo y conesa extraña flecha saliendo de su cabeza. En ese momento, comienzan a aparecer personas, eran casi 20, con un extraño atuendo rojo, cascos con cuernos, máscaras rojas y blandiendo finas y curvadas espadas. Uno toma al caballo que esperaba la reacción de su amo, y luego, se acerca otro que al parecer era el líder, con un casco más decorado que el resto, apuntando con su espada a la cabeza delcuerpo por precaución. Al percatarse de que no reaccionaría, el extraño retornó la espada a su vaina con movimientos precisos y al parecer siguiendo algún tipo de protocolo, se hincó y puso su mano en el frío rostro de Lewis, le cerró los ojos y se quedó ahí un par de segundos, inmóvil y con la cabeza gacha, quizá maldiciéndolo, quizá pidiendo por un pacífico descanso o simplemente contemplando a otrade sus innumerables víctimas.
El caballero, resignado a la muerte de su compañero y amigo, tiró de las riendas para que el caballo diera media vuelta, y luego las agitó para iniciar un inesperado e interminable galope hacia la costa, donde se encontraba el campamento esperándolo. Inesperadamente, se vio rodeado de estos desconocidos guerreros que aparecieron de entre los arbustos, apuntando consus largas y extrañas flechas directo a la cabeza de Thomas. Portaba su armadura completa, sin embargo, se sentía como si estuviera desnudo bajo una lluvia de flechas. La resignación era algo que jamás había sentido Sir Thomas, incluso en las situaciones más desfavorables. Pero esta vez, simplemente suspiró profundamente y agachó la vista soltando la empuñadura de su espada envainada. No había...
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